MURDER

02

⚠️ Advertencia: No pretendo instar a nadie al suicidio. Es solo una historia.

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Por más que se esforzó, Izuku aprendió que hay realidades que no pueden cambiarse...

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Sueños que no pueden cumplirse...

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Y palabras que no pueden olvidarse.

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Al borde de la azotea, preso de sus sentimientos, ahogado en reproches a sí mismo, perdido en la melancolía del rechazo y con la última frase del rubio «Mejor muérete maldito quirkless, deberías tirarte de la azotea, quizás en otra vida si serás alguien útil» en mente, contempla la abrupta caída libre desde el quinto nivel del edificio de la Academia.

Cierra los ojos, dejando que la fría brisa nocturna le de un poco de calma, un último abrazo frío de soledad y un suspiro más al aire.

Luchó por 4 meses desde que ingresó a la UA, pero ya perdió la cuenta de cuántas veces ha visitado la enfermería por las constantes peleas con Kacchan.

Hace tiempo que dejó de sentir el sabor dulce de la vida, ya solo queda la amargura de las palabras e insultos que han calado hondo en su ser. 

Se ha esforzado, su falta de quirk lo ha hecho entrenar más fuerte que los demás, no tiene una forma de defenderse contra los quirks más poderosos como sus explosiones, ha usado los dispositivos de Mei, pero aún así, no llega al nivel de Todoroki o Kacchan.
No tiene la resistencia de Kirishima, ni la velocidad de Iida... entre tantos excepcionales se siente solo una persona normal, o algo menos que eso.

No puede borrar de su mente, el rostro de su madre que llora cada vez que lo ve llegar a casa lleno de hematomas y heridas.

«Nunca me has felicitado por mi esfuerzo mamá... sólo, te disculpas... ¡Nunca he querido tu lástima!» Limpia una lágrima que descarada rueda por su mejilla.

Ya no quiere llorar, hace tiempo que se odia por eso, por demostrar su debilidad que se desborda por sus ojos.

Sus ojos verdes han perdido el brillo, sus mejillas se ven pálidas, su cuerpo duele, pero no tanto como su corazón.

Miles de voces en su cabeza dicen al unísono que lo haga, que acabe con todo, la principal es la de Kacchan. Escucha además una que desconoce...

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Dentro de su habitación, en la calma de la noche, Katsuki se encuentra recostado en su cama, bocarriba y con los brazos cruzados detrás de su cabeza, piensa en lo que hizo.

«Mierda... quizás deba dejar de gritarle. ¡Maldito Deku! él tiene la culpa, la academia no es lugar para alguien tan débil como él... ¿por qué no se rinde?»

Está molesto, ha hecho hasta lo imposible para que su ex amigo de la infancia renuncie al absurdo sueño de ser un superhéroe, desde que supo que no tenía un quirk, Katsuki ha intentado hacer que desista. 

«Es por tu bien nerd... No necesitas ser un jodido héroe, yo me convertiré en uno, eso debería bastarte idiota»

Dispuesto a dormir, se acomodó de lado... A punto de cerrar los ojos se levanta de golpe al escuchar los gritos de sus compañeros, no planea salir, hasta que lo escucha, desde la habitación de al lado Kirishima grita desesperado.

-¡Midoriya no lo hagas!

«¿Deku?»

Los gritos alertan a todos que se asoman por sus ventanas.

Nadie espero ver al peliverde lanzarse desde el edificio de enfrente. 

La imagen del menudo cuerpo del pecoso cayendo hasta estrellarse en suelo los acompañará por el resto de sus vidas, especialmente al rubio que mudo observó mientras sus ojos desbordaban lágrimas, producto de la impresión y la culpa.

Katsuki sabe porqué lo hizo.

Recuerda todas y cada una de sus palabras.

"Mejor muérete maldito quirkless, deberías tirarte de la azotea, quizás en otra vida si serás alguien útil"