03

3.6K 541 169
                                    

El día del entierro llegó, todos asistieron vestidos de negro. El luto pesaba en sus rostros, afligidos y llenos de lágrimas, fueron a dar el último adiós a Izuku Midoriya.

Aizawa sensei junto a All Might acompañaron a la clase A, ninguno asimilaba lo ocurrido con el amable peliverde, de mejillas adorables llenas de pecas, aquel chico al que veían entrenar solo cuando todos iban a descansar.

Al que vieron que era hostigado por el rubio.

Al que muchas veces vieron con heridas que nunca pudo explicar.



¿Por qué no lo ayudamos?




¿Por qué no nos dimos cuenta?




¿Por qué no hablé más con él?



¿Por qué lo dejamos solo?



¿Por qué no lo vi como un igual?




Cada uno tenía sus propias culpas e interrogantes que los atormentaban, que los hizo llorar al ver a la peliverde, madre de Izuku, llorar desconsolada sobre el ataúd de su hijo, gritando desesperada por una respuesta, algo que pudiera explicarle que ocurrió ¿por qué lo hizo?

Katsuki, no ha hablado desde que murió, desde que corrió a ver su cuerpo sin vida, entre un charco de sangre, inmóvil, con los ojos abiertos y carentes de brillo. Desde ese momento no pudo llorar, tampoco gritar.

Mitsuki lo abraza, sabe que su hijo está mal pues no riñe con ella, desde que llegó a traerlo a la academia lo vio en su rostro, su mocoso está mal, pero sabe que no lo dirá, al menos no hasta estar listo.
Silente lo acompaña, ayudando a mermar su dolor.

Finalmente All Might tuvo que retirar a Inko del ataúd para poderlo sepultar. El dolor en su rostro y sus gritos de esa madre consternada les hace palpitar dolorosamente el corazón.

«Todo fue mi culpa... perdóneme Inko-San, yo hice que su hijo... se fuera»

Sus pensamientos finalmente lo hacen salir del shock, por primera vez lloró, lloró tan fuerte que incluso sus compañeros lo ven extrañados, nunca creyeron ver al orgulloso y altanero Katsuki Bakugo llorar así.

Todo termina al ver el ataúd al fondo de ese agujero que poco a poco fueron rellenando de tierra hasta cubrirlo y enterrar en él los sueños y metas que alguna vez tuvo el pequeño peliverde.


¿Todo termina con la muerte, no?



Cuando la vida se extingue ¿Ya nada puede pasar?


¿Qué queda de nosotros al morir?


¿Recuerdos?

¿Anécdotas?





Izuku Midoriya, no se fue. Dio algo valioso a cambio de lo que en ese instante su corazón roto y herido anhelaba.

Esa noche antes de saltar escuchó una voz.


"¿Quieres tener el poder de vengarte?"



"Sí"


Luego saltó.

Sin importar el dolor que sentiría o lo que abandonaría. Izuku Midoriya "Deku" saltó con un objetivo en mente, un deseo intenso de venganza que carcomió su corazón hasta que ya nada quedó, hasta que el cascarón vacío de lo que fue, se estrelló en el suelo... Ante la atónita mirada de sus compañeros.

MURDER Donde viven las historias. Descúbrelo ahora