[Secuela de "Trust me ;; SUGA - BTS"]
Pasado un año desde la última vez que vió a Yoongi, Hyerim cree tener su vida resuelta... pero realmente no es así.
El vacío en su pecho continúa, los recuerdos del chico de ojos gatunos aún la atormentan y las...
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Jungkook me suelta por fin después de un par de segundos más. Mis piernas aún tiemblan ligeramente, pero me siento un poco más preparada para escuchar lo que sea que Namjoon y Hoseok vayan a explicar. El ambiente se ha relajado considerablemente, y agradezco eso, porque no podría soportarlo de no ser así.
Nam se acerca a uno de los sofás de cuero negro que adornan la estancia, sentándose aún con la mirada puesta en nosotros. Hoseok le sigue, y yo debí hacer un esfuerzo por hacerlo también ya que mi cuerpo demora un poco en acatar las órdenes de mi cerebro. Jeon mantiene una de sus manos en la parte baja de mi espalda, incluso cuando ambos nos encontramos sentados frente a nuestros invitados inesperados.
—Dongjeon... —Namjoon comienza a hablar, y esa palabra es razón suficiente para que el cuerpo de mi esposo vuelva a tensarse de manera abrupta. No logro recordar donde escuché aquel nombre antes, pero la forma en que Jungkook parece alterarse ligeramente me dice que es importante—, fue asesinado la semana pasada.
Jeongguk deja escapar el aire contenido en sus pulmones con lentitud, y no logro entenderle muy bien. No estoy segura de si es enojo o tristeza lo que ocultan sus ojos, incluso podría ser miedo; sin embargo, no puedo definirlo con claridad.
Hoseok tiene el rostro impregnado en preocupación y recién soy consciente de ello. Sus ojos viajan de mí hacia Jungkook y Namjoon una y otra vez, así que de inmediato supongo qué hay un trasfondo mucho más peligroso del que parece en este tema.
—Están acusando a Yoongi por eso.
Es entonces que mi cerebro parece desconectarse por completo. ¿Qué acaba de decir?
La frase comienza a repetirse una y otra vez dentro de mi mente, y un escalofrío de espanto me recorre la espina dorsal sin previo aviso. Me siento mareada de un momento a otro, y siento como si en un segundo hubieran pasado miles de cosas que no logro entender.
—No, él no fue, por supuesto —vuelvo a oír la voz de Hoseok, y es lo primero que dice después de un buen rato. Sigo sintiéndome desorientada, pero esa frase logra tranquilizarme ligeramente, pero no lo suficiente—. Tenemos miles de posibles culpables, pero Yoongi no está en la lista. Solo están acusándole porque el mismo día que regresó a Corea, alguien le disparó a Dongjeon entre las cejas.
Jungkook me aprieta contra sí una vez más, y el movimiento repentino me obliga a volver a poner los pies sobre la tierra. O por lo menos intentarlo.
No levanto la mirada para verle. No quiero hacerlo. Tengo miedo de que logre ver cuanto me importa Yoongi incluso llegados a este punto. Todo esto está terriblemente mal, pero tampoco soy lo suficientemente valiente para hacérselo entender.
—Dios mío, Hyerim —casi susurra con la voz llena de preocupación—, estás más pálida que una hoja de papel. Hazme el favor de ir a acostarte.
Niego casi sin ser consciente, aunque pensándolo bien, debería dejar de ir en contra de Jungkook y simplemente acatar la orden está vez.
—Creo que ella debería escuchar esto —interrumpe el chico más alto frente a nosotros—. Tiene que estar preparada para lo que sea que pueda suceder en el futuro, no puede derrumbarse al primer golpe.
