CAPÍTULO 6

5.1K 671 312
                                    


HALIA

DIA 11

Corrió rápidamente con el corazón agitado. Cuando él intentó engancharla, ella dio un giro, esquivandolo. Empezó a correr al sentido contrario alrededor de la jaula. Después de unos segundos, Caos la enganchó. Chilló y cayó al suelo mientras Caos se aseguraba de retener el golpe.

Intentó levantarse, pero los delgados brazos no la soltaban. Hizo una mueca y miró a Caos.

-Te lo he dicho antes, Caos. Así no funciona el juego. Tienes que dejar que corra para que puedas pillarme. Si no paras de abrazarme, no es el pilla pilla.

Caos frunció el ceño. La apretó más estrechamente en sus brazos y frotó con su mejilla su cabello.

-Halia, Halia, Halia, Halia.

Apretó los labios y negó lentamente con la cabeza.

-Caos, esto es aburrido. No podemos jugar si no sigues las normas.-Forzó su cuerpo lejos y Caos la siguió. Corrió más rápido, limitada por el poco espacio en la jaula. A los pocos segundos, Caos volvió a tirarla al suelo con cuidado. De nuevo, cuando ella intentó separarse, él la retuvo, frotando su mejilla sucia en el pelo de ella.

Suspiró.

Caos no podía seguir las normas. No la entendía, así que no sabía que se suponía que estaban jugando un juego. Él no podía entender las reglas, por más que ella se esforzara por explicárselo.
Lo único que él sabía decir era su nombre. Desde que lo había aprendido, lo usaba a cada oportunidad que tenía. Por el día, por la noche, a cada hora, minuto y segundo existente.

-Halia.

Suspiró y lo miró.

-Caos.-Repitió.

-Halia.-El volvió.

A esto se refería.

Básicamente eso era todo lo que se podía hacer con él. No se entendían, y ella tampoco podía hablarle de su vida, o de nada.
No había nada para entretenerse.

El sonido de un candado siendo removido sonó, y la mujer que se ocupaba de traer la comida se acercó a la jaula. Justo a tiempo, su estómago rugió. Ayer no habían comido en todo el día, y la corrida que había realizado la había dejado sin energías.

La mujer se tensó cuando vio que Caos la retenía en sus brazos. Pero al ver que él no la hacía daño, se relajó considerablemente. Parecía sorprendida.

Deslizó dos bandejas dentro y rápidamente se fue sin dirigirles palabra alguna. Miró las bandejas. En una de ellas habia un trozo de pan rancio con queso pasado y agua. En el otro había un trozo de carne cruda.

No tenía ni idea de cómo Caos no se enfermaba. Su madre nunca le habría dejado a ella comer carne así. Pero la gente de este sitio lo había acostumbrado. Eso era lo que suponía. Caos veía eso como algo completamente normal. Lo trataban como si fuera un perro de raza agresiva.

Caos la soltó y llegó rápidamente hacia las bandejas, pero en vez de tomar la suya, tomó la de ella.

¿Iba a dejarla sin comer? Por que en ese caso, ella no probaría la carne. Tendría que pasar otro día sin comer nada, con el estómago vacío. Para su sorpresa, Caos acercó su plato y se lo dejó en el regazo.

Sus ojos rasgados la miraron.

-Halia.

Después de varios segundos, reaccionó y tomó la bandeja.
Le pareció un buen gesto viniendo de él. Era lo más normal que le había visto hacer. Normalmente era muy brusco en todo lo que hacía. Era un detalle bonito. Caos volvió a recoger la otra bandeja y se acercó hacia ella. Eso ya no le pareció bien. No quería verlo comer eso cerca suya. Era muy desagradable.

💀CAOS🖤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora