El príncipe Cihangir estaba muy mal en sus aposentos, en un paseo junto con su hermano Mehmet había sido lastimado por una espada y ahora se encontraba muy mal, se supone que la herida no había sido muy grande, pero ahí estaba echado su cama, junto a él estaba su favorita Muazzez, quién era su concubina hace 3 años y madre de la sultana Mihrisah, y significaba reina del sol por haber nacido en el verano. Él sabía que podía morir pues si bien es cierto la herida no había sido grande sus enemigos podrían aprovecharse de eso y atacar, envenenándolo. No sabía qué hacer no quería dejar a su esposa e hija solas, si bien es cierto sabía que su hermana Mihrima y madre las protegerían siempre, eso no era lo mismo, pues solo seria la madre de una sultana y está hija de un difunto príncipe. Era de noche cuando su hermana entró apresurada sus aposentos y le dijo que había escuchado a la leal sirvienta de Mahidevran diciendo a un guardia de sus aposentos que gracias por sus servicios, dándole una bolsa donde que habían monedas de oro. Hermana estaba segura que ese Guardia los había traicionado y tal vez lo estaba envenenando ya sean en las medicinas o en la comida. En ese momento entró Su Majestad quién también sabía lo que Mihrima le había dicho, junto con el Guardia, su madre y Mahidevran. Después de que Rusten Pacha torturar a al Guardia éste le confesó qué la madre del príncipe Mustafa, le había pagado para que en las pomadas que él tenía que echar en las heridas, el echará un líquido. Su Majestad al enterarse mandó ejecutar a la acusada, tu hermano Mustafá se sintió muy mal por lo hecho por su madre, y el médico qué fue a ver lo dijo que el veneno era imposible de sacar y que le traba pocos días, si bien es cierto la gente decía que su madre era una bruja y Mahidevran la pobre mujer olvidada, eso no era cierto, pues ella siempre intentaba atacarla, lastimar a alguno de ellos o sólo intentar meter a una concubina en la cama del Sultán, su padre estuvo muy arrepentido de no haberlo impedido pues su madre siempre se quejaba de ella pero él nunca tomó medidas drásticas sólo le bajó su salario y la mandó fuera de la capital. En el tiempo estuvo mal vinieron a visitarlo sus hermanos de cada provincia donde gobernaban, su hermosa favorita lo cuidaba y dormía con él, su hija venia en las tardes a sus aposentos a contarle cosas, y su madre y hermana venían en las mañanas a desayunar con él. Al cabo de una semana el príncipe Cihangir falleció, dejando a Muazzez con el título de sultana y un palacio donde pudiera vivir tranquila con su hija, además de asegurarse de que su familia siempre velaría por ellas.

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IMPERIO OTOMANO
RomansHistorias de los amores de la familia real otomana y lo que tuvieron que hacer para ser felices.