QUERIDA MARTA

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Querido diario me llamo Diana, ya soy toda una mujer universitaria y me parece algo infantil escribir en un diario, pero me gusta bastante escribir. El día de hoy voy a visitar a mi abuela, hace tiempo no la veo y me gustaría que mi próximo trabajo literario sea sobre su vida, de niña siempre me contaba historias de amor y múltiples aventuras que vivía con mi abuelo, así que hoy voy a escucharlas de nuevo para poder hacer mi trabajo de literatura, espero con ansias verla.

Querido diario hace un par de horas llegué a la casa de mi abuela, pero se encuentra un poco deprimida, es obvio que algo le inquieta pero por más que le pregunté, ella no me dice nada... Solo espero que sus días no estén contados, aún quiero probar sus deliciosas galletas un par de años más.

Querido diario ya es algo tarde, de echo es más de media noche, fui al ático de mi abuela para buscar un calentador para mí habitación, no recordaba que la casa de mi abuela fuera tan fría; pero definitivamente no recuerdo este baúl. Que raro de niña jugué mil veces aquí con su gato y mis primas pero jamás lo ví hasta ahora. No tiene cerradura y mi curiosidad me llevo a ver lo que tenía dentro, un poco sorprendente para una gran fan de las cartas de amor como yo, pensé que eran de mi abuelo para mi abuela pero... No tenían orden ni fecha y todas estaba dirigidas a una tal Marta, así que tome la primera que ví y al leerla esto fue lo que encontré...

PRIMERA CARTA

Querida Marta, te escribo está carta porque se que si te lo digo de frente... se romperá lo que queda de mi corazón. Si estás leyendo esto es que ya ha pasado algún tiempo desde que decidí irme, no sé cuánto tiempo alla pasado desde el momento que escribí está carta, no se si son horas días o tal vez meses... He decidido alejarme ti y aceptar la oferta de trabajo en el extranjero, creo que fue buena idea dejar una ventana abierta... Alguna vez te dije que si me dejabas de amar ese día me marcharia, y me temo que ese día llegó, no puedo quedarme con una persona que no está dispuesta a darlo todo de si para estar conmigo, y dejaste todo lo que di por una persona que apenas conoces.

Dejé las llaves del departamento con la encargada del edificio, todas tus cosas están intactas como muestra de respeto a lo que alguna vez tuvimos, solo me llevaré las cosas más cercanas a mi... Decidí seguir mi con mi vida... No sé si en algún momento de ella la comparta con otra persona o solo muera en mi lecho de muerte solo tal y como vine a este mundo; lo único que se es que es que debo seguir adelante, la perseverancia y la disciplina me han llevado a ser lo que ahora soy, y creo que es hora de dejar la senda de mi futuro de nuevo en sus manos... Ahora lo que viví contigo parece un sueño lejano, uno de esos sueños en los que despiertas con tristeza y nostalgia haciéndote volver a la gris realidad, me gustaría que este gris mundo fuera el suelo y seguir a tu lado... Pero ahora debo soltar tu mano y dejarte ir, dejar que tus alas te lleven a lo más alto que puedas, mientras yo caigo sobre mi espalda observando tu espalda a lo lejos una vez más... Pero esta vez no usaré mi último aliento para pedir ayuda, está vez no lo voy a desperdiciar en algo tan vacío como eso... Esta vez usaré el poco aliento que me queda y gritar tu nombre una vez más para poder verte a los ojos y sonreír por última vez mientras te muestro mi realidad... Cómo tú asiendes y me dejas caer, cómo caigo sobre ese piso oscuro... Un poco oscuro y húmedo construido por mi soledad; y para cuando te des cuenta mi cuerpo ya habrá tocado el fondo de ese poso, pues al fin el filo de esos picos me han alcanzado, los picos de mi dolor por fin abran atravesado mi cuerpo... Por fin alcanzaron mi alma... Por fin he muerto.

cartas del baulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora