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No aguantaba el dolor de cabeza por la resaca, llevaba más de una semana con el mismo plan fiestero, pero en algún momento me tenía que pasar factura, aunque no planeo cambiar eso. Seguiré yendo a fiestas, metiéndome alcohol hasta perder la conciencia.

Era bastante miserable ver el estado en el que me encontraba, cuando llegaba a la universidad y las personas me veían con el cabello despeinado, una barba de varios días y lentes oscuros, se detenían para ver si era realmente yo a quien veían. Una de las pocas personas con las que hablo en clases y considero mi amiga se sorprendió al verme llegar al salón en ese estado y al sentarse a mi lado literalmente me dijo que parecía vagabundo.

Cuando Ezra me miró abrió mucho su boca y al ver su rostro Declan se burló de él hasta que se dio cuenta de que lo tenía tan sorprendido y tuvo la misma reacción.

― ¿Asher puedes explicarme qué te pasó?

―Eso intento saber, pero no habla.

― ¿Y quién demonios eres?

―Tú eres Ezra el chico que quiere robarse su tiempo y alejarlo de mí.

― ¿Alejarlo de ti? Quién crees que eres ¿Su novia?

― ¿Y dime tu eres su novio para estarme reclamando?

Sonreí al verlo quedarse sin palabras, era lo que me gustaba de ella y la razón por la que le hablaba y la consideraba mi amiga, ella sabía que decirte y callarte la boca, pero también sabía escuchar y apoyarte en lo que necesites, por esa razón aprobaba que estuviera enamorada de mi hermano y quería que salieran juntos.

―Yo soy Lyla*, su amiga y la persona más importante en su vida. ―La mire con reproche y ella solo me sonrió― bueno soy la persona más importante después de Luke.

―Necesitamos que hable y nos diga porque tiene ese aspecto de...

― ¿Vagabundo?

―Grosera.

―Gracias.

Suspiré y me di la vuelta y comencé a caminar, la conversación era divertida cuando molestaban a Ezra. Los escuchaba caminar detrás de mí y seguro esperaban a que me detuviera, llegué a unas bancas en el jardín de la universidad y comencé a fumar. Era la hora del almuerzo, pero no tenía nada de hambre.

―Asher cielo dime que tienes. ―Lyla se puso de rodillas y me tomó de las manos, ella recibe mis menajes a las tres de la mañana cuando estoy lúcido y sabe lo miserable que me siento.

―No he visto a Luke desde hace semanas, en navidad una enfermera le mandó una fotografía a mi madre donde estoy con Ezra, y ya no me deja verlo porque soy mala influencia al ser como soy.

― ¿Cómo eres?

―No quiero ser como soy, no quiero que me gusten los chicos. Quiero ser normal―En ese momento me puse a llorar, era lo único que hacía si no estaba drogado y borracho.

―Cielo tu eres normal, no tiene nada de malo que te gusten los chicos, tu madre es una idiota al no ver al gran hombre que eres y que ser gay no tiene nada de malo.

―Pero si sigo así no podré verlo ¿y si no estoy a su lado y pasa algo? Lo abre abandonado. Le dije que jamás lo abandonaría y no puedo estar con él.

―A Luke no le va a pasar nada malo y él va a entender cuando le digas porque no lo has visto y te va a apoyar, jamás se pondrá en tu contra lo sabes. Tal vez se va a enojar mucho con tu mamá por no dejarte ser libre y no dejarte verlo.

Lyla me abrazó con fuerza ya que no podía ni hablar, lo extrañaba demasiado y lo único que hacía era destruirme a mí mismo, ya no me importaba nada de lo que pudiera pasarme yo solo quería estar a su lado, tal vez me había vuelto dependiente del único familiar que me había apoyado.

El Sonidos de la Primavera 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora