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Era un día obscuro, no había ido en dos días a casa después de haber peleado con mamá por mi visita al hospital. Cuando intenté entrar los guardias no me dejaron ni asomarme en su habitación, mi madre les había dado instrucciones específicas sobre quienes podían visitar a Luke, Lyla tampoco pudo entrar ya que ella fue quien me llevó, ni porque su hija, quien lloraba en sus brazos, se apiadaron de ella. Lo más triste es que ellas habían ido desde que ocurrió el accidente y fueron las únicas que quedaron después de que la fila de amigos fue disminuyendo poco a poco. Mi madre que se encontraba dentro ni se movió del lugar donde estaba sentada, se suponía que mi hermana estaría ahí, pero después me conto que le prohibió ir ese día y dijo como advertencia que si volvía a ayudarme tampoco ella lo podría ver más. No podía arriesgar a la única persona que podía darme detalles de su estado así que deje de contestar sus mensajes cuando el tema era yo y no Luke. Mi padre parecía que no existía, no me hablaba ni me veía a la cara dejaba que mi madre tomara todas las decisiones en torno a Luke y a mí.

Una mano comenzó a acariciar mi espalda, la persona que se encontraba a mi lado acostada se levantó.

―Oye Ash...

―Sin nombres―lo corté fríamente―No pronuncies el mío porfa.

―De acuerdo―La verdad se veía algo desanimado― solo que tienes que irte, tengo clases.

―Bueno.

Me levanté para vestirme, ayer había bebido lo suficiente como para terminar revolcándome con un universitario que parecía mayor que yo y además con un increíble cuerpo. Tenía recuerdos borrosos como los besos en la discoteca y alguna que otra imagen de cuando llegamos a su apartamento, pero lo demás estaba en blanco. Lo mire desayunar y me entraron ganas de vomitar, no recordaba la última vez que había comido y simplemente no tenía hambre, cuando pase frente al espejo y me miré no pude reconocerme de lo tan desastroso que me veía, realmente no entendía cómo es que quiso acostarse conmigo si me veía así de asqueroso.

🌸 🌸 🌸

Al llegar a la universidad pase por el baño para tratar de arreglarme un poco para no verme y tan mal, solo mis ojeras oscuras eran el único recordatorio de mi horrible aspecto. Caminando por los pasillos algunas de las personas se detenían para verme y lo hacían de una manera extraña, al llegar a mi salón vi a mis amigos y a mi hermana quien corrió y me abrazó en cuanto me vio.

― ¿Dónde has estado? Te estuve llamando hasta que me di cuenta que dejaste el celular en casa ¡En qué estabas pensando cuando desapareciste por dos días! Asher responde.

―No lo sé, solo quería desaparecer.

― ¿Desaparecer? ―Ezra se veía confundido y poco a poco parecía que se iba enojando.

―No te metas Ezra. ―Le dije algo enfadado por su intromisión.

―Mamá te está buscando.

― ¿Para qué? Solo va a gritarme y decirme lo inútil que soy, que soy una mala influencia ¡ya lo sé! no tiene que repetirme constantemente lo que ya sé. ―Ya para ese entonces estaba harto de que intenten ayudarme.

―Deja de darle vueltas a eso y sé que suena estúpido ese comentario, pero te lo dije ¡No eres una mala influencia! Que seas gay no te hace malo, Asher no te estanques y empieza a trabajar para superar todo esto, solo te estas destruyendo.

―Lyla...

―Nada de Lyla.

―Sabes Asher, me gustó la idea de tenerte con nosotros en la banda no por tu familia y tu fama, sino porque me gusto tu personalidad y me di cuenta de que seriamos muy buenos amigos, pero te estas destruyendo.

El Sonidos de la Primavera 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora