Sinopsis

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En Multimedia el trailer hecho por mi :D

Antes de comenzar, quiero decir que este libro va a estar en corrección, palabras, tiempos y algunas escenas, así que cada capítulo ya editado estará con este signo "•". Ahora si, que lo disfruten.

Todo comenzó de repente. No hubo un aviso, ni una señal. Nada.

Todo el mundo se detuvo. Las empresas dejaron de funcionar. Las calles se vaciaron. Los días comenzaban temprano y anochecía antes.

La vida silvestre volvió a crecer. El aire olía mejor; más limpio. Animales que pensábamos que habían desaparecido de la faz de la tierra, volvieron.

Pero en cambio la humanidad disminuyó indiscutiblemente. Familias enteras desaparecieron, pueblos quedaron vacios y la comida cada vez era menos.

Las autoridades pedían la calma...pero nadie hizo caso.

Y en solo un día la comida se acabó, las tiendas cerraron y el miedo incrementó.

En mi casa empezamos a ahorrar la comida, nos alimentamos a base de huevo y arroz que era lo único que teníamos. Pero no todo es para siempre, en un momento a otro nos quedamos sin comida, la luz se fue de la casa y el agua salía a escasa cantidad.

Mi madre entró en pánico, los desayunos eran agua al igual que las demás comidas. Perdimos sorprendentemente de peso.

La desesperación de mi madre ante la situación le obligó a cometer casos extremos, un día decidió salir a buscar comida sabiendo que corría un riesgo.

En mi casa tenia la disponibilidad de una radio que lo usaba para comunicarme con mi madre mientras se encontraba afuera.

Pero de un momento a otro perdí total comunicación con ella, entré en pánico. Tenía la idea de ir a buscarla, pero recordé la promesa que le hice antes que se fuera.

-Prométeme que nunca saldrás de la casa.

-Te lo prometo mamá.

-Llegaré antes de que te lo imagines.

Y las horas se convirtieron en días, y luego semanas; y en ningún momento tuve señales de mi madre.

Las noticias que anunciaban en la radio desaparecieron de un día para el otro, no se escuchaba nada más que el canto de los pájaros a las 6 de la mañana; y no  el bullicio que siempre hacían los vecinos.

La oscuridad de mi casa me asustaba, y en las noches me ahogaba en llanto tras no saber nada de mi madre.

El hambre me consumía y al final acabe comiendo la comida de mi perro, mi única compañía que tenía en ese momento, pero él al igual que yo sufríamos de debilidad.

Trataba de ahorrar la mayor cantidad de comida pero como era de esperarse, la comida se acabó; lo único que teníamos para sobrevivir era agua, la muy poca que salía.

Una semana después el agua cesó, y no tenía otra opción que salir. Romper la promesa que le hice a mi mamá, pero era lo único que podía hacer.

Agarre mi mochila que usaba para el colegio para guardar ropa, una frazada, un cuchillo que tenía por si algo se atravesaba en el camino y tendría que defenderme y por último la radio con tres repuestos de baterías.

Me cubrí la mitad del rostro con una bufanda, unos lentes y guantes. Rauss, mi perro, en ningún momento se separaba de mí.

Los nervios me invadían al saber que después de un año de no salir podría ver el exterior. Y un viento helado me recibió.

Lo primero que vi fue que las calles estaban vacías; como era de esperarse, caminar en medio de la pista con el silencio alrededor me hacía sentir dentro de una película del fin del mundo.

Rauss empezaba a olfatear todo a su alrededor y atento a todo lo que podría ponernos en peligro.

Llegamos a una pequeña tienda, las rejas estaban cerradas por un candado enorme y una puerta de metal con pequeñas manchas de color café, se estaba averiando. Tenía que encontrar la forma de entrar, observe el candado y vi que también estaba averiado, y con un pequeño tirón se rompió.

Logré abrir la puerta de metal con las rejas que la cubrían, y lo primero que pudieron ver mis ojos fue la oscuridad que emanaba de ese lugar. Las repisas se encontraban casi vacías, había dos botellas de agua y 5 latas de atún y trigo. Sin dudarlo los guardé en mi mochila.

Rauss olfateaba todo al alrededor, empecé a buscar en otras repisas y encontré una linterna solar y una mascarilla, me quité la bufanda y me coloqué la mascarilla.

Y nada más, no había nada más en ese lugar.
Un frio me recorrió la espalda. Estaba a   punto de irme hasta que me di cuenta de una puerta al final del pasillo, era simple de madera; miedoso empiezo a acercarme y me di cuenta que estaba abierta.

El ruido al momento de abrirla invadió todo el lugar.

-¿Hola? ¿Hay alguien ahí?- saqué la linterna que había encontrado y apunte a todos lados. Rauss se me adelantó y se perdió de mi vista.

Era una casa pequeña, una sala muy pequeña llena de polvo, y dos cuartos.

No hay nadie.

Al revisarla completamente, supe que esa casa se encontraba vacía ya desde hace bastante tiempo por la cantidad de polvo que se encontraba ahí.

Y un mal presentimiento me invadió, salí desesperadamente de ese lugar, empecé a correr mientras Rauss me seguía.

-¡Holaaaaaaaa!- nada, ningún ruido-¿¡Hay alguien ahí!?- seguía corriendo, tocando los timbres y puertas de todas las casa- ¡Por favor!¿¡Hay alguien ahí!?- ningún ruido, nadie contestaba.

Empecé a entrar a todas las casas que me eran posibles entrar, y todas totalmente vacías y con una gran cantidad de polvo.

Rompí en llanto en mitad de la pista, estaba solo. No había nadie. Desaparecieron.

¿Se habrán ido a algún lugar mejor?

¿Mi mamá se habría ido con ellos?

No sabía que pensar. No me cabía la idea de que mi madre me haya abandonado.

Estuve llorando por unos minutos. Pero sabía que no podía quedarme ahí esperando una señal de que hay alguien ahí.

Logré entrar a un carro, había encontrado las llaves en una de las casas que entré. Mi padre nunca me enseñó a manejar y no tuve otra opción que aprender a la mala.

Rauss se sentó en la parte del copiloto y lentamente empecé a manejar por las solitarias calles con la esperanza de encontrar a alguien en el camino.

Entrando a casas y ver si hay una señal de alguien con vida ahí, pero aunque recorrí toda mi ciudad no encontré a nadie.

Me derrumbe, estaba solo en ese lugar y lo único que podía hacer era seguir avanzando, sobrevivir con lo que encuentre en las casas abandonadas y tiendas o centro comerciales si es que podía entrar.

Con solo 16 años tuve que aprender a sobrevivir en este mundo solo, con la esperanza de encontrar a alguien. Pero mi única compañía que tenía era Rauss, y era mi deber cuidarlo.

Don't Touch Me (DTM #1) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora