Cap 04

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Y así como todos los días desde que estuve solo, Rauss me despierta lamiendo mi rostro llenándolo totalmente de su pegajosa saliva. Camino arrastrando los pies por el resbaladizo piso de madera.

Alimento a Rauss dándole lo último de galletas de perro- Amigo, nos terminamos las galletas, volverás a comer atún, al menos que encontremos un lugar donde haya comida de perro, y además que no esté malograda.

Se preguntarán por qué no voy a una veterinaria donde hay comida. Lo cierto es que, si lo hice una vez, pero apenas entré el hedor de muerte me chocó, investigué de dónde venía ese olor y vi que en la parte de atrás había jaulas de gatos, perro y algunos conejos y canarios muertos, todos desnutridos, algunos aun tenían los ojos abiertos. Esa imagen me chocó, tal vez sea un chico, pero cuando se trata de animales soy muy sensible, no puedo evitar sentirme mal.

Por eso ya no entro a veterinarias o tiendas de mascotas que a veces se encuentran en centros comerciales.

Mi rutina es la misma. Hacer un poco de ejercicio, darme una ducha rápida y fría. Arreglarme para salir, pero esta vez usando una chaqueta más abrigadora.

Hoy termino de revisar la ciudad, me quedo hasta mañana y apenas esté amaneciendo salgo camino hacia otro lado.

Enciendo el carro y empiezo a manejar, hoy me toca ir a una zona que es bastante grande, pero sus casas son demasiado pequeñas, y algunos son departamentos que tiene una fachada bastante gastada.

Y así empiezo, reviso casa por casa, algunas no tienen nada que me sirva y otros logro encontrar baterías, comida y agua.

De algunos carros que me encuentro también logro sacarles la gasolina, la muy poca que tienen.

Y como el otoño se acerca la luz del sol empieza a desaparecer por la separación del mar y el cielo. Aún me quedan como 5 casas que buscar y un edificio de tres pisos que queda al fondo de esa misma calle- Rauss ya está oscureciendo, mañana terminaremos con lo que falta de casas- empiezo a caminar hacia donde estacioné la camioneta, volteo y Rauss no se ha movido- ¿Rauss? - no me hace caso, está parado viendo directamente hacia el final de esa calle, justo donde se encuentra el viejo edificio.

Camino de vuelta para quedar frente a él, pero el mueve la cabeza para seguir mirando hacia esa dirección- ¿Amigo? - me agacho, su mirada fija, siente algo o siente a alguien. Esa idea se pasa por mi mente, pero es imposible; ya pasó eso con el yate- Amigo está oscureciendo, debemos regresar- lo agarro del collar de cuero que tiene alrededor de su cuello donde tiene su nombre y empiezo a jalarlo-Vámonos Rauss, no hay nadie-su postura es firme y me es difícil moverlo.

Y de repente se escucha algo caer. Me detengo al escucharlo, Rauss intenta zafarse de mi agarre y empieza a correr directo hacia el lugar de donde provino ese ruido-¡Rauss!-lo veo correr en dirección del edificio.

Debo ir tras él, un impulso me hace correr, seguirlo, ya casi el sol se ocultaba completamente, el frío también incrementaba.

Mi corazón empieza a latir desesperadamente, sé que estoy completamente solo, pero no debo arriesgarme, los animales no han desaparecido, ya he visto muchas veces leones en algunas ciudades, o a veces lobos en algunos pueblos, nunca me enfrenté a ellos porque no tenía nada con que defenderme; lo único que hacía era alejarme.

Y si esto es lo que se escuchó, si esto es la razón por la que Rauss ha empezado a correr hacia ese edificio debo ayudarlo, él no puede pelear con un animal salvaje.

No te voy a perder amigo

Sin parar de correr saco de mi mochila un cuchillo y la linterna solar, mis manos tiemblan y mi respiración es muy agitada, la mascarilla me dificulta respirar.

Don't Touch Me (DTM #1) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora