Cap 25

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Rut....

Rut.... no te vayas...

-¡Ey!- la gruesa voz de Steve me despierta, mi pecho sube y baja rápidamente. Oh Dios, tuve una horrible pesadilla- ¡Ey! Bella durmiente, despierta, es tarde- Steve está de pie al lado mío dándome empujones.

-¿Por qué me despiertas?- me muevo dándole la espalda ignorándolo completamente para seguir con mi hora de dormir.

-No seas chico ¿Ya te olvidaste que eres soldado? Tenemos que irnos a entrenar- no para de darme empujones pero ahora lo último que quiero hacer es despertarme temprano ¿A caso nunca puedo dormir hasta tarde?

-¿Qué hora es?- abro un ojo para poder ver que en realidad que ni las luces se han encendido.

-Son las 4:00 de la mañana- con la ayuda de mis brazos me siento en la cama sobándome los ojos para ver si así logro despertarme.

-Pero el comedor no está abierto a esta hora ¿Qué vamos a desayunar?- paso mi mano por mi desastroso, pero ya corto, cabello que tengo peinándolo para atrás.

-En el cuartel comemos después. Ahora levántate, no quiero llegar tarde por tu culpa- sin darme cuenta hemos empezado a hablar casi en un susurro, Harold y Justin aun siguen durmiendo.

Empiezo a bajar las escaleras lentamente, trato de hacer el menor ruido posible- ¿Por qué ellos siguen durmiendo?- me cruzo de brazos enojado, no tengo muy buen humor cuando me despiertan sin mi permiso.

-Ellos no son soldados ¿Ya lo olvidaste? Apúrate- me da unos empujones para que camine al baño- Báñate, así te despertaras más rápido.

Suspiro y con mi subconsciente suplicándome que vuelva a la cama me encierro en el baño.

-¡Y ni se te ocurra dormirte! Si lo haces entro y te golpeo- grita lo más bajo que puede para no despertar a lo demás.

-Está bien, tranquilo- me empiezo a quitar las prendas con unas tremendas ganas de quedarme dormido ahora mismo. Entro a la ducha y dejo que el agua caiga sobre mi desnuda piel haciendo que despierte milagrosamente.

Arrastrando los pies llego hacia el lavamanos, mi cara esta hecha un asco, unas profundas ojeras dibujadas debajo de mis ojos.

Empiezo a cambiarme y ya listo, y con mucha flojera invadiéndome de nuevo salgo del baño, donde me espera de brazos cruzados Steve- Si que te tomas tu tiempo, ponte las botas y vámonos- ordena, como un niño obediente me pongo las botas, mis parpados vuelven a sentirse pesados y la cama empieza a llamarme, me dice que vuelva a ella.

-¿Tienes tu tarjeta?- asiento lentamente con mala cara- Bueno, vámonos.

Salimos de la habitación, el pasillo completamente solo e iluminado con pequeñas luces blancas en el techo; entramos al ascensor, llegamos al vestíbulo; la recepcionista no está. Obvio que no está ¿Quién en su vida quiere levantarse a las 4 de la mañana?

Salimos del edificio, las enormes lámparas del techo empiezan a encenderse con una tenue luz, como si estuviese amaneciendo.

-¿Y el carro?- cuestiono al ver a Steve empezando a trotar, a lo cual debo hacer lo mismo para no quedarme atrás.

-¿Cuál carro? Iremos trotando- creo que me desmayaré, con razón me hizo despertarme tan temprano el infeliz.

-¿Por qué? ¿Así será todos los días?- llegamos a las rejas, Steve pasa su tarjeta por la cerradura y estas se empiezan a abrir, sin previo aviso, sigue trotando.

-El coronel quiere que sea así, dice que es una mejor manera para ya llegar sin hacer calentamiento, llegamos y de frente hacemos los ejercicios- doblamos una esquina, aunque quiero negarlo, en realidad no me siento cansado, tengo muchas energías a pesar que hace 5 minutos quería volver a dormir.

Don't Touch Me (DTM #1) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora