mi preocupación y mi alegría

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Bulma observaba a Vegeta mientras se marchaba volando a través de la ventana. Se iba a ir a una sala donde 1 día equivalía a un año, para entrenar duramente y poder vencer a esa criatura llamada céll. La intranquilidad volvió a invadirla. Durante aquellas horas que había pasado con el príncipe, a pesar de todo, se había sentido tranquila, segura, en paz. Como si hubiese tenido un paréntesis dentro de aquel horror que estaban viviendo. Pero ahora Vegeta se había marchado, y conociéndolo no sabía si volvería por la corporación antes de enfrentarse a céll, a pesar de que aún quedaban unos días. Conocía al sayayin, y era capaz de estar entrenando sin descanso y sin ver a nadie hasta enfrentarse a la criatura.

Por su parte, mientras Vegeta volaba estaba deseando que Pikoro no hubiese aguantado y salido antes de la habitación del tiempo. Aquello le quedaba grande al namek, y no veía el momento de volver a entrar. Tras haber pasado aquellas horas en la corporación cápsula,se sentía mucho más relajado y con más energía, a pesar de haber estado conteniendo sus impulsos de marcar a la humana. Hace tiempo hubiese pensado que un sayayin no tenía que contener sus impulsos, pero desde que estaba con la peliazul se estaba planteando cosas que jamás hubiera creído. Quizás fuese verdad lo estaba volviendo débil... aunque en esos momentos se sentía del todo menos débil. No era momento de pensar en tonterías, tenía que entrenar y aprovechar el tiempo. Él vencería a céll y le demostraría a todos que es el más fuerte.

Trunks estaba sentado a la puerta de la habitación del tiempo, esperando la salida del namek, cuando sintió la energía de su padre aproximándose. Vegeta puso su típica cara de enfado con el ceño fruncido cuando vió que Pikoro todavía no había salido.

-¡Aún está ahi dentro!.- Gritó el príncipe.

-Todavía quedan unas horas para que salga y podamos entrar.- Repuso Trunks.

-¿Podamos? Hay días de sobra. Yo entraré solo.

El pelilila no pudo disimular su decepción. Para él aquello era una nueva oportunidad de estar con su padre, una vez que volviera a su tiempo aquello no sería posible. Aunque al principio había llegado a odiarlo el año que pasó con él había hecho que descubriese matices de su forma de ser que lo habían sorprendido. Él quería conocerlo más.

-Creo que si entrenamos juntos el incremento de poder será mucho más fuerte.- Dijo el chico de ojos azules.

-Ya sabes que entreno solo, y podré sacarle mucho más partido a la sala si no tengo que estar pendiente de ti.-

Aunque Trunks sabía que a su padre le gustaba entrenar sólo, pensó que más bien sería al revés, él había sido el que había tenido que ayudar a Vegeta en alguna que otra ocasión cuando se había excedido con los entrenamientos. A pesar de todo ya no replicó, decidió que no merecía la pena. Si Vegeta quería entrar sólo entraría solo. Era muy terco y por más que insistiera no lo lograría converncer de lo contrario.

-Todavía quedan días. Cuando hayamos salido los dos de la habitación del tiempo mediremos nuestras fuerzas.- Dijo Vegeta ante la sorpresa de Trunks. El pelilila no pudo evitar una sonrisa ladeada, si su padre accedía a pelear con él, es porque pensaba que tenía posibilidades. Vegeta no luchaba contra lo que el consideraba mediocres.

Pasaron las horas, y por fin Pikoro salió.

Tras burlarse de él por apenas haber cambiado, el príncipe entró. Tenía todo un año por delante para superar a Goku, y de paso vencer al bicho verde, pero su obsesión por superar al guerrero de clase baja no hacía sino crecer. Allí sin ninguno de los dos, sin Trunks y sin Bulma se podría concentrar para lograr sus objetivos, después de todo el era eso, un guerrero.

Bulma mientras tanto trabajaba sin descanso en a16. Trunks estaba con sus abuelos, así ella podía concentrarse al cien por cien, o al menos podía intentarlo. Jamás se había preocupado tanto por nadie como por Vegeta y Trunks. Mientras trabajaba entró Yamcha al laboratorio.

-¡Hola Bulma!.-

A la científica le extrañó la presencia de Yamcha allí, desde que Vegeta habia vuelto para el nacimiento de su hijo,el contacto había sido mínimo. A ella no le importaba seguir teniendo contacto con Yamcha, al contrario, para ella Yamcha era un amigo al que tenía un gran cariño. Varias veces le había llamado por teléfono y varias veces él le había puesto excusas y le había colgado rápido.

-Hola Yamcha,¿qué ocurre?.-

-He venido a verte. Quedan pocos días para el torneo de céll y bueno... la cosa está muy díficil. Me apetecía pasar algo de tiempo contigo.- Lo que en realidad quería decir el guerrero es que la echaba de menos, la seguía queriendo, y si ese iba a ser su fin por lo menos no quería que con ella se quedasen las cosas como estaban. Pero no tenía tanto valor para decirselo, y mucho menos para escuchar la respuesta de ella. Sabía que ella quería a Vegeta. Con solo ver , como lo miraba, como le hablaba... por dentro le dolía porque sabía que por él nunca había sentido algo así.

Bulma deseaba pasar tiempo con Yamcha, lo quería muchísimo como a un amigo.''Que oportuno´´. Pensó la peliazul.''Ahora que tengo que trabajar sin descanso quiere que nos veamos.´´

-Yamcha estoy trabajando en a16, como puedes ver.-Dijo señalando al robot.-Me encantaría pasar algo de tiempo juntos, te he echado de menos.-

Cuando Yamcha escuchó que Bulma le había echado de menos una punzada en el estómago casi le hace doblarse.

-Pero ahora tengo que trabajar en esto, es importante.-

Aquello le sentó al guerrero como un jarro de agua fría, aunque en el fondo sabía que tenía razón.

-Lo entiendo, estare en kame hause.- Y se despidió de la peliazul dándole un beso en la mejilla.

-Gracias por venir Yamcha.- Dijo la científica sin dejar de teclear y mirar la pantalla de su ordenador.

Tras unas horas, en las que la peliazul y su padre se encontraban ya en plena reparación de a16, llegó Goku a la corporación, pidiendo el radar para buscar las esferas de dragón. Bulma se lo dió feliz, por lo menos podrían utilizar las esferas de dragón, una buena noticia. Cuando su amigo se marchó, pensó en como había cambiado su vida. Cuando era más joven e iba con Goku viviendo aventuras y buscando las esferas de dragón, apenas tenía preocupaciones. Ahora sus dos principales preocupaciones se llamaban Vegeta y Trunks. Aunque además de ser sus mayores preocupaciones eran sus mayores alegrías. Aquello le hizo sonreir como una tonta, y siguió reparando aquel robot, con una alegria que jamás creyó sentir.

Les dejo actúlizacion.
Una disculpa por tardar pero he estado ocupada pero les prometo que la próxima será doble actualización.

Gracias por el apoyo 💜

NUNCA TE ABANDONARÉ .(always love You)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora