Buenos días, Frank

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Notas: ok, antes de cualquier cosa quiero advertir que problablemente esta no es la historia que esperaban después de leer el OS en Hand Granade, pero a mi me ha gustado y estuve pensando en Killyourselff cuando lo escribí, así que se lo dedico a ella como respuesta a nuestro intercambio.

Hay un montón de errores y horrores y porfavor espero que me disculpen por eso. Ojalá le agrade aunque sea a una persona, con ello yo ya habría cumplido mi propósito. Sin más, gracias por leer.

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Buenos días, Frank.

Te voy a escribir una carta todos los días y ésta es la de hoy, como te lo prometí.

Primero que nada quiero empezar a contarte sobre Mikey, hoy en la mañana estaba realmente agitado revolviendo papeles y gritando cada pocos minutos a mamá para que le ayudara a buscar algo, creo que era importante pero no pregunté. Mamá tenía el teléfono pegado al oído y lágrimas arruinaban su abundante delineado, y aun con el cabello sin peinar y el lápiz labial corrido de hace dos noches, ella lucía hermosa.

El teléfono de Mikey no dejó de sonar en todo ese tiempo, que parecieron horas a pesar de que solo fueron unos 40 minutos en los que estuve en la casa. Sus manos temblaban y por más que yo quería no hacerlo, no podía despegar los ojos de ese teléfono celular que no dejaba de sonar. Mikey no me acompañó a la escuela hoy, y déjame contarte que a causa de todo eso no me pude concentrar en las clases.

Tuve que tomar el camión yo solo y sentarme solo en un asiento mientras veía la lluvia caer y esperaba ver detrás del cristal la escuela donde tendría que bajarme.

El día estuvo muy triste. No sé si soy yo, o le pasa a todo el mundo, pero cuando el cielo llueve y está obscurecido, yo me siento igual por dentro. Me gustaría que del mismo modo, los días soleados fueran brillantes para mí. Pero es difícil, y tú lo sabes.

Tampoco Ray estaba ahí cuando yo llegué. Su cilla estaba vacía y a su lado estaba Bob, tan vacío y distante que fue como si él tampoco estuviera allí. Y los maestros parecieron fríos y enfurecidos como la tormenta que se desencadenaba fuera.

Tuve que almorzar solo, y hoy ni siquiera Ryan Ross fue a hablarme. Era como si todo el mundo pasara de mí, como si yo no existiera. Tampoco vi a Brendon, aunque supongo que estaba con Ryan, pero de igual manera tuve que sentarme solo junto a la pared, oyendo sin escuchar lo que hablaba el maestro.

Sé que me pediste que escribiera cosas buenas en las cartas, y sé que estarás realmente feliz al saber que hoy nadie me empujó al lodo y que mi labio y mi ceja rota han sanado completamente, creo que son buenas noticias.

Pero como los días grises, teñí mis pinturas del mismo modo. Regresé a casa con la monotonía de un simple día gris, viendo mis zapatos salpicarse de lodo y sintiendo mis calcetines empapados de agua. Caminé bajo la lluvia sintiendo las gotas resbalar por mis mejillas, y no estoy seguro de en qué momento fue que esas gotas se convirtieron en mis lágrimas.

Tampoco estoy seguro de el por qué lloré ésta tarde, casi nunca lo estoy, pero quizá fue por la forma en que mi mamá no se despidió de mi con un beso ésta mañana, también creo que fue por la forma en que ese teléfono sonaba y Mikey no lo contestaba, y seguía insistiendo. Creo que tuvo que ver que Bob se fuera antes de iniciar el segundo periodo, dejándome aún más solo, o la forma en la que Brendon Urie besa a Ryan Ross todas las mañanas. Quizá fue porque hoy tampoco llegaste a clase, igual que no lo haces desde hace dos semanas. Quizá sea porque desde hace una que no me dejan irte a ver al hospital, quizá sea por la forma en que tus labios tan pálidos y secos se movieron cuando me pediste que te escribiera estas cartas, y que no hiciera nada estúpido. Quizá sea por eso, Frankie, quizá sea porque en cuanto estuve dentro de mi casa, dentro de mi habitación, dentro de mi baño, comencé a cortar cada tramo de carne que fui capaz de tocar, con trazos fuertes e inmenso dolor. Seguro que fue porque no pude evitar pensar que estaba solo y que nadie me quería a causa de la depresión y todas esas enfermedades que aseguran que tengo, seguro fue porque me sentía tan gris y triste como este día que también lloraba desde el cielo. Seguro que fue porque mientras cortaba mis brazos y mis piernas, pensaba en esas cosas tontas que me dijiste que no pensara, y no solo las pensaba, también las estaba haciendo. Y mientras más fuerte cortaba y más sangre salía, más pensaba en cuanto debías odiarme por haber roto esa promesa.

Ahora estoy en la cama de Mikey cubierto con todas sus cobijas porque hace frío, esperando a que él y mamá regresen del hospital y puedan decirme que sabes lo que hice, pero que me has perdonado.

Y sé que los días seguirán siendo tristes porque estamos en temporada de lluvias, pero voy a tratar de no romperme como todas las gotas al golpear el pavimento y no pensar en matarme.

Me siento triste y furioso conmigo, y no entiendo cómo alguien puede odiarse tanto a sí mismo.

Pero voy a estar bien.

Buenas noches, Frank.

Sinceramente, Gerard.

Buenos días, Frank   [Frerard]  HLYBN1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora