Buenos días, caballero Frank

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Buenos días, caballero Frank.

Estoy viendo tus fotos de cuando ibas en secundaria y tu mamá te obligaba a tomar clases de Teatro. ¿Recuerdas que fuimos a verte en aquella obra dónde Ray hizo de tu corcel? Yo me acuerdo, y me sigo riendo. Recuerdo qué maldeciste a todos quienes se toparon en tu camino y que llenaste de colorante el ponche que sirvieron.

No fui a la escuela. Desperté tan cansado de todo que mamá decidió que sería bueno que tomara un día libre de mis deberes, pero con la condición de que Bob o Ray me enseñaran lo visto en clase. Ella aún no lo sabe, gracias por no decirle.

Me pasé toda la mañana metido en la cama, con las cobijas cubriéndome más allá de la nariz. Mikey y mamá se fueron temprano y me dejaron el desayuno en la mesa. Te confesaré, Frank, que ya va a anochecer y aún no he desayunado.

La tarde la ocupe para ver series y una película sobre un ratón que me gustó mucho, también traté de componer una canción como tú lo haces, pero nada sonó bien en el bajo de Mikey. ¿Quizá cuando regreses podrías ayudarme a componerla? Tengo muchas ganas de hacerlo, quisiera saber cómo haces para hacer que simples palabras suenen tan bien.

También escuche algo de música de los discos más viejos que mi mamá tiene, y leí lo que debió ser la primera hoja de algún diario de Mikey y oh, Frank, me sentí tan mal por hacerlo. Le pediré perdón en cuanto llegue, aunque ya es bastante tarde y creo que hoy no recibirás mi carta.

Me gustaría saber qué es lo que piensas cuando te escribo, me gustaría poder ver tus sonrisas y todas esas muecas que haces cuando digo algo estúpido y tú lo quieres hacer sonar inteligente.

Hoy me he sentido felíz y creo que podría ser gracias a las pastillas que me hacen tomar (Aumentaron la dosis, ahora son dos en la mañana y una más en la noche) y de ser así, Frankie, pronto podré ir a verte. Voy a esforzarme por mejorar lo más que pueda, y si no puedo, me seguiré esforzando para poder llevarte helado y esta foto, porque quiero que recordemos juntos estos momentos.

Encontré otra foto donde estas junto a Brendon Urie, el hace muecas mientras tú tienes los labios convertidos en un poema de frustración, él parece ser el villano y tú el caballero, y me sigo riendo cada que pienso en la forma tan divertida en la que rescataste a la princesa.

“Oh dulce dama, dueña de mis anocheceres y captora de mis sueños, baja hasta mí, porfavor, baja hasta mí... ¡pero no te caigas maldita!"

Así fue como terminaste suspendido una semana y yo terminé gastándome mis mesadas para llevarte helado.

Tienes una hermosa sonrisa, ¿sabías?

También he encontrado una vieja foto de mi padre.

¿Sabes Frankie? Jamás pensé en él de la forma en la que lo hice hoy. Jamás pensé en él dejándonos a mamá, a Mikey y a mí, aunque sabía que lo había hecho. Y cada vez que pienso en eso, mi cerebro comienza a teorizar y no quiero que lo haga porque siempre que comienzo a pensar sobre algo termino por romperlo tanto que me quiebra a mí mismo. Yo ya sé que papá nos dejó por mi culpa, pero hasta hoy empiezo a entender hasta qué punto papá tenía razón.

En la foto sale sosteniendo a Mikey en brazos de tan solo unos meses, quizá tan solo semanas, mientras mira hacía la cámara y parece enojado, harto, como si estuviera impaciente por pasarle a alguien más a Mikey. Mi hermano luce dormido en la foto, y la imagen a pesar de estar amarillenta y vieja muestra rastros de sangre. Y me doy cuenta de que la mitad de mi historia no la sé.

Quizá no debería saberla, quizá debería olvidarme de esa foto y concentrarme en ti y en tu traje de caballero, pero sinceramente, Frank, cada vez más empiezo a encontrarle agujeros a mi pedazo de vida, y no estoy seguro de que tan malo pueda ser eso.

Frankie, te escribiré mañana… es de noche y hace frío, y mi mamá y Mikey aún no llegan.

Y tengo miedo.

Espero estés bien.

Sinceramente, Gerard.

Buenos días, Frank   [Frerard]  HLYBN1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora