Recuperando lo que perdí ❱Sonamy

Final.

Sentía el sudor frío resbalar por su nuca. Todos la estaban mirando, no necesitaba comprobarlo, podía percartarlo. Quizás algunos con indignación o con disgusto, por haber aparecido de la nada, habiendo dejado a su cría y a su "novio" abandonados.
Pero, también podía sentir una mirada de admiración. Una pequeña mirada, que la contemplaba boquiabierta, sintiendo como todas sus plegarias a Chaos habían sido cumplidas.
Entonces fue cuando se dió cuenta, que debía darle exactamente igual lo que todos pensaran de ella. Si querían hacerla pasar por miles y miles de rumores, de por qué era la razón que los había dejado. No le importaba en lo absoluto.
Rápidamente, dirigió su vista al cobalto. El cuál solo asintió levemente.
Eso le fue suficiente para que ella tomara aire nuevamente.

"Yo soy la madre de esa niña. Y te puedo asegurar, Karen," leyó el papel de identificación que tenía la señora colgado sobre aquel vestido "Que la amo más que a nada en este mundo. La razón por la que no pude compartir con ella los momentos más importantes, solo la sabrán los que son parte de la familia. Así que a menos que la adoptemos, esa es una duda que va a quedar en su mente de señora metida." comenzó a acercarse a ella "Si usted no tiene nada que hacer más que meterse en la vida de los demás y decir barbaridades, sin saber la historia completa, tenga un MÍNIMO de dignidad para mantenerlo a las espaldas de la gente. Y no sea tan descarada; podría meterlo en un grave problema." miró a la niña que se encontraba detrás de ella "Y respecto a la mala educación de su hija... no quisiera especular rumores sin sentido pero... usted lo ha hecho sobre mí, sobre mi familia. Yo creo que lo que usted tiene es una envidia tan grande, de que mi niña tenga a un padre tan responsable, amable, y que siempre estuvo ahí para ella, que eso a usted le da rabia. Porque yo no me creo esos cuentitos ridículos de que se haya ido por un viaje de trabajo. ¿O me equivoco, Karen?"

"Usted no debe...-"

"Usted tampoco debe. Pero lo hace. ¿A qué es molesto?" la señora gruñó por lo bajo, molesta "Y solo para que le quede claro. Si su hija vuelve a molestar a la mía... créame que llegaremos a un juicio. Porque para que lo sepa, y ahora si pueda contarle el chisme a todo el mundo, yo por mi hija hago lo-que-sea, ¿Quedó claro?"

"Hmph. Vámonos hija, no te juntes con esta..." la miró de arriba a abajo "chusma." se fue con la niña en un aire que denotaba lo ofendida que se encontraba

Sonrió de lado mientras la miraba irse, con aires de victoria.
Pudo escuchar, como el ruido de unas palmas empezaban a sonar. Se quedó desconcertada al escuchar como le aplaudían.
¿Por qué? Simple. Todo el mundo quería darle una cucharada de su propia medicina a la señora, pero nadie se animaba a hacerlo. Pues siempre se metía en donde no la llamaban, fastidiando a cualquiera.
Pero por fin, hubo alguien que no le importó para nada las crueles palabras de esta, y simplemente debían aplaudir por esa situación.

Sintió como alguien la abrazaba desde atrás; sonrió al ver que era el cobalto.

"Vamos, super-mamá; aún hay cosas que tenemos que arreglar" le susurró, indicándole con la vista a su hija, que solo parecía mirarla con cara de asombro, como si de un fantasma se tratase

[...]

Se sentó en el asiento del conductor. No iba a dejar manejar a Tails, pese a que sea su auto, ya que volvía de un viaje y estaba muy cansado, decidió dejarlo sentarse en la parte de atrás, al lado de su hija, la cuál con la noticia simplemente estaba muy callada.
No entendía si era cierto, o si solo había sido para que Gimena y su madre la dejaran en paz. No le quitaba los ojos de encima, observando cada rasgo, para luego mirarse por el reflejo de la ventana, ¿eran tan parecidas?

En el transcurso del viaje fue todo silencio, exceptuando por la leve música que sonaba gracias a la radio que tenían.

[...]