"Cruel Destino" |Borrador

"Capítulo VII"

"El amor, la verdad y la justicia también duelen"

El hombre corría por los pasillos de aquel hospital, buscando la habitación que minutos antes le había indicado la enfermera. Al encontrar el número de habitación, el corazón le latía con euforia, llamo a la puerta y no obtuvo respuesta. Volvió a llamar una segunda vez y desesperado por no saber que pasaba; irrumpió en aquella habitación y verla, ahí en aquella cama y en ese estado, le dislocaron el alma y el corazón.

— ¡Mi amor!  Gracias al cielo, que estás bien... —Mascullo él, mientras tomaba una de sus manos; acariciandola con ternura. Ella no respondió. Llevaba horas en un estado de shock, de negación.

Un médico entró a la habitación, iba a monitorear a la paciente y en cuanto lo vio al hombre que se encontraba ahí. Lo saludó.

— Hace unas horas le administramos un tranquilizante, estaba muy alterada cuando llego al hospital, no permitió que los paramédicos le atendieron la herida, por eso decidieron traerla al hospital. Quizá en unas horas despierte. —Informó el médico.—

— ¡Gracias! ¡Eh, perdón! ¿Sabe si trajeron a más personas que estaban en ese lugar al hospital?   —Quiso saber.—

— Sí, en la recepción pueden darle más información. Ahora sí me disculpa debo retirarme.

— Si, si, adelante.

El celular de aquel hombre comenzó a vibrar en su bolsillo, era una llamada.

— ¿Sí?

— ¡Juan Pablo! Por favor dime que la encontraste y que esta bien.   —Pidió saber la mujer en la otra línea—

— Sí, en lo que cabe esta bien. —Informó él—

— ¿Crees que hayan sido... ellos?

— No lo sé, pero créeme que lo voy a averiguar.

— ¿Y...?    —Ella no sabía, como preguntar esto...

— Te refieres a... Fernando y a Gisselle

— ¡Sí!    —Afirmó ella—

— No tengo idea, aún no me he movido de la habitación, pero en verdad espero que ellos también estén bien.

Al colgar la llamada, él observaba a la mujer que estaba en la cama, recordaba justo el momento en el que la conoció y en el cual, ella no sólo le robó el aliento, si no también el corazón. Fue hace más de 8 años, el iniciaba las prácticas como residente y ella al parecer venía frecuente al hospital. La primera vez que la vio, nunca imagino que la vida le iba a permitir amarla de esta manera.

Él salió de la habitación para buscar información sobre los amigos de ella, un oficial de policía que esperaba a que Kenya despertará para tomarle su declaración, le brindó la  información que necesitaba. Juan Pablo regresó a la habitación aún sin poder creer lo que había sucedido.

Hoy se reprochaba el hecho de no haberle dicho la verdad a Kenya cuando tuvo oportunidad, ahora era demasiado tarde. La culpa le empezó a carcome la mente. Después de unas horas ella despertó alterada.

—¿Dónde esta Gisselle?  Y ¿Fernando? Tengo que verlos, necesito saber que están bien. —Grito ella, intentando salir de la cama—

—¡Marie!     —Advirtió él, ella lo observó con el ceño fruncido, irritada, parecía molesta con él—

— ¡Kenya! Me llamo Kenya... —Espetó molesta ella—

— ¡Cálmate! No voy a dejar que salgas de la cama... Fernando está aquí en el hospital, no se su estado, pero un oficial de policía dijo que al momento de traerlo al hospital su estado era muy delicado.