Introducción

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Esta Historia habla sobre el mito griego de las estaciones

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Esta Historia habla sobre el mito griego de las estaciones.

"Todo empezó con el nacimiento de una diosa"

Deméter, diosa de la agricultura y el pan, mujer rubia, de piel bronceada por trabajar en los campos y ojos ámbar, tuvo un encuentro amoroso con su hermano Zeus, mientras este estaba casado con su hermana Hera. Y fruto de ese encuentro, quedó embarazada.

Las moiras, 3 mujeres que conocen el destino de todo ser, ya sea Dios , humano y animal, se presentaron ante ella un día. Le dijeron que daría a Luz a una hermosa niña a la cual debía dar por nombre, Perséfone que significa "La que atrae a la muerte". Deméter al oír el nombre se negó completamente, ese no sería el nombre para una hija suya, así que decidió que la nombraría como Kore, que significa "Doncella". En Realidad Deméter ignoraba el por qué del nombre Persefone, pero las moiras, conocedoras del futuro, sabían que era por el inminente destino de la bebé que llevaba en su vientre.

Nueve meses pasaron y dio a luz a una hermosa niña, tal y como predijeron las moiras. Del icor que perdió en el parto brotaron flores, la vegetación del Olimpo y de la tierra lució un gran esplendor: los árboles dieron frutos, las flores lucieron sus exquisitos colores y aromas y los campos nunca antes estuvieron tan verdes como ese día. Así que se le atribuyó a la bebé la primavera.

Zeus ese día, ofreció una gran fiesta para celebrar el nacimiento de la diosa de la primavera. Todos los dioses habían asistido a dar la felicitación a la madre y llevar regalos a la niña, pero solo uno faltó: Hades.

Por su labor como dios del inframundo siempre estaba ocupado, así que mandó por medio de Hermes un regalo para la bebé, una corona de flores hecha de oro, plata y diamantes que dejaron en claro que él, no solo era dios del inframundo sino también de la riqueza. 

Deméter, aceptó el regalo agradecida y mandó de nueva cuenta a Hermes al inframundo para agradecerle, pero estaba triste y no solo ella, sus hermanos también, pues extrañaban a Hades. La última vez que lo habían visto fue después de la repartición de reinos cuando se fue a cumplir su labor. Ellos sabían lo difícil de ese trabajo y Hades lo tomó por qué sabía que nadie más aguantaría la crueldad del inframundo.

La celebración a la diosa de la primavera duró varios días, pero la felicidad no sería para siempre. Hera, estaba molesta porque el nacimiento de Kore era un insulto a su persona, ya que fue el resultado de una infidelidad de su esposo.

Hera, diosa del matrimonio, era conocida por sus celos enfermizos y por el cruel destino que les daba tanto las mujeres como a los frutos de las infidelidades de Zeus.

Deméter sintió miedo por ellas y aparte por la lujuria que podría provocar su hija con los demás dioses, gracias a su belleza que incrementaría con el paso de los años.

Un día, sin más, Deméter pidió a Zeus criar a su hija lejos del Olimpo, en la tierra, él, aceptó también, ya que temía por las represalias de Hera hacia su hija. Y así fue, Deméter crío a Kore en los campos de Edna en Sicilia, en un templo que antes estaba abandonado y oculto por un bosque. Lo arregló y lo hizo su hogar, ahí viviría con su hija en compañía de unas cuantas ninfas.

Para Deméter todo era paz y tranquilidad, vivir sola con su pequeña hija y unas cuantas ninfas era todo lo que necesitaba, pensaba que nada podía salir mal, y que equivocada estaba, por qué Kore crecería y el amor de su madre no sería suficiente para ella.


Continuará...

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