III

581 74 20
                                    

El Olimpo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El Olimpo

—¿Qué ocurre con
Kore?—preguntó tranquilamente Zeus a Deméter.

—Pues...últimamente me ha estado pidiendo más libertad, quiere conocer el Olimpo, a otras diosas y dioses, inclusive, qui...quiere conocerte—lo último lo dijo en un susurro pero bastante Claro para que Zeus la oyera.

—Deméter, es normal que sienta eso, es una diosa, su vida es eterna como nosotros, ¿Quién quiere pasar la eternidad en un solo lugar, sin tener aventuras o libertad?—dijo Zeus, Pero Deméter hizo un puchero.
—Zeus, sabes que lo único que quiero es proteger a mi hija, el mundo no es seguro para ella, temo que alguien se quiera aprovechar y la arrebate de mis brazos.

Zeus suspiró, abrazó a Deméter colocando su brazo en sus hombros para tener una conversación más íntima.
—Dime algo hermana, si yo no te hubiera salvado del estómago de Cronos y tuvieras que pasar toda la eternidad en el conviviendo solo con Poseidón, Hestia, Hera y Hades, dime ¿No te sentirías como Kore, querer ser libre y convivir con más personas?—Zeus sabía que había acertado, pues veía a Deméter tener un diálogo interno, al parecer estaba recapacitando.

—Bien Zeus tienes razón, ser eterno es difícil, y si me sentiría igual que ella si no me hubieras sacado de ese horrible lugar, pero dime ¿Qué haré si Hera quiere cobrar venganza?, ¿O si alguien quiere aprovecharse de ella?

Zeus masajeaba sus sienes, últimamente era más difícil resolver los problemas de su familia que los de los humanos.

—Mira Deméter, yo puedo encargarme de Hera, y si Kore quiere conocer a otros dioses, que te parece si te mando a Artemisa o Atenea para que convivan y de paso la enseñen a defenderse, así puede venir a conocer el Olimpo y a mí en la próxima celebración, mientras Artemisa y Atena la protegen, ¿Qué dices?—le propuso Zeus bastante seguro, pues era una buena solución después de todo.

Deméter, lo pensó por un momento«Atena y Artemisa son diosas con voto de castidad al igual que Hestia, tal vez podrían guiarla por ese camino y ser virgen para siempre» pensó iluminando su rostro, pues eso le agradó, darle a Kore un futuro donde los hombres no serían problema.
—Está bien Zeus, acepto, dile a tus hijas que me vean en el estanque de Narciso para llevarlas a mi hogar.
Zeus, sonrió triunfal ante la elección de Deméter, sería un problema menos, y al fin podría conocer a su hija.

—Bien, les avisaré a mis hijas, por cierto ¿Qué te pareció lo que hizo Hades? fue increíble verdad —dijo Zeus bastante animado codeandola, pero Deméter se cruzó de brazos y puso un semblante serio.
—No entiendo por qué tenía que aparecer así, podría simplemente venir, darle un golpe a Ares en la cara y de paso saludar, no transformarse en el monstruo que todos creen que es, siglos sin verlo y se deja ver como una horrenda creatura. Zeus, solo levantó los hombros.
—Pues a mí me pareció increíble.

—Bueno, pero eso sí, sigue siendo más alto que tú —le dijo Deméter comenzando a reír.
—¡Hay por favor! con esa apariencia es obvio que iba ser más alto que yo, es más, posiblemente yo ya sea más alto que él—dijo Zeus poniendo ambas manos en la cintura pues estaba notablemente ofendido y disgustado.

Mi flor de granadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora