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Dos semanas después

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Dos semanas después....

Los rayos del sol, se abrieron paso por la ventana hasta detenerse en el rostro de Kore, que al sentir la calidez sobre su mejilla, abrió lentamente sus ojos dando un ligero bostezo y estirándose en la cama en un intento de despabilarse.
Una vez lista, se sentó a la orilla de su cama y miró hacia una mesita junto a ella, ahí, dentro de un pequeño florero, había una hermosa flor de brillantes pétalos rojos, y juntó a ella, un pequeño pedazo de pergamino con la palabra "Gracias".
Kore, recordó con cariño el momento cuando la encontró:

Era una bella mañana, Kore dormía plácidamente, parecía que nada podría despertarla, hasta que una alegre Artemisa entró a su cuarto y se lanzó encima de ella.

—¡Despierta Kore! Es hora de salir a cazar, las liebres nos esperan, ¡Despierta ya dormilona! ¡Arriba!

Kore, reaccionó asustada volteando a todos lados hasta que se detuvo a mirar a Artemisa que estaba sobre ella.

—¡Por Zeus Misa, casi haces que conozca antes a Hades! —dijo Kore con una mano en su pecho, respirando agitadamente.

Artemisa, levantó una ceja, no entendía a qué se refería con eso. Kore, se dio cuenta de lo que dijo y corrigió, —Lo que... lo que quiero decir es que casi me matas de un susto, tengo suerte de ser inmortal, sino ahorita estaría camino al inframundo.

—Será mejor que no menciones a Hades Kore o Artemisa volverá a desmayarse —dijo Atenea riendo desde la puerta de la habitación.

—Mejor ni digas Atenea, que tú también estabas apunto de —dijo Artemisa con molestia levantándose de Kore.

—¿Por qué? ¿Qué hizo Hades? —preguntó Kore con curiosidad.

—No quiero ni recordar dijo Artemisa saliendo de la habitación con un leve escalofrío.

Kore, volteó a ver a Atenea en busca de respuestas.

—Bueno...lo que pasó fue que Hades apareció en el Olimpo ayer. Jamás había visto creatura igual, era monstruoso, siento escalofrío de solo recordar —dijo Atenea sacudiéndose un poco,
Por suerte nunca va al Olimpo, mucho menos a las fiestas, tienes suerte de no verlo Kore.

—¿Dices qué él nunca va al Olimpo?, ¿Ni siquiera irá a la fiesta?, ¿Por
qué? —preguntó Kore con suma sorpresa.
—¿Por qué tanto interés en Hades? —preguntó Atenea con una ceja alzada.
Kore, mordió su labio.
—Pues, es solo curiosidad, sabes que todo causa curiosidad en mi —justificó levantando sus hombros.

Atenea la miró no muy convencida.
—Bueno, recuerdas que ayer te conté de la repartición de reinos — Kore asintió —Pues él, no se ha presentado desde ese día y eso fue hace milenios. Ayer solo hizo una excepción, porque Ares lo provocó y no creo que asista, sino, todos correrían despavoridos de la fiesta. Por eso no tienes porque preocuparte, así que alístate ya Kore porque si no, Artemisa vendrá por ti y te sacará a rastras de la cama y lo digo en
serio —dijo Atenea saliendo de la habitación.

Mi flor de granadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora