IV

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Bosque de Sicilia

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Bosque de Sicilia

Hermes, iba caminando apresuradamente por el bosque, al parecer tenía una conversación consigo mismo.

—Hola Kore, ¿Cómo estás? Venía a visitarte, y darte estás flores, que son tan lindas como tú... No, no, claro que no, eso sonó muy patético, como rayos le voy a dar flores a la diosa de la primavera —decía Hermes jalando sus cabellos con frustración.

—Creo que esto sonará mejor... Hola Kore —dijo haciendo una reverencia y estirando su mano como si sostuviera la de ella—Luces radiante hoy, ¿Te gustaría salir a pasear conmigo, hermosa? —dijo fingiendo una voz grave y varonil —¡Que rayos estoy pensando!, eso sonó peor que lo anterior, me escuché tan tonto como Apolo, aparte, como si pudiera sacarla de este bosque, Deméter me mataría —dijo Hermes mientras cubría su cara con sus manos.

Él, estaba tan ocupado buscando como entablar una conversación con Kore, que no se fijó que ya la tenía en frente.

—Hola Hermes, ¿Qué te trae por aquí? —saludó alegremente Kore, él, por otro lado, pegó un brinco, pues no esperaba encontrarla tan rápido, ocasionando que se pusiera nervioso.

—Hola kora, te ves ardiente... ¡digo radiante!..Mmm... perdona —dijo Hermes bastante nervioso.

Kore lo miró confusa.
—Hermes, ¿Te sientes bien? —él sacudió su cabeza.
—Claro Kore, perdona, iba en dirección al Olimpo y decidí pasar a saludar, Supongo que tú madre aún no llega ¿verdad?

—No, tranquilo, aún no llega —confirmó Kore y Hermes suspiró con alivio.

—Así que ibas al Olimpo, ¿De dónde venías? —le preguntó curiosa.

Hermes, dudó en si debía decirle o no, pero al final no encontró problema en decirle —vengo del inframundo, fui a llevarle un mensaje a Hades.

Kore abrió mucho sus ojos.
—¿Conoces a Hades?, ¿Puedes por favor decirme cómo
es? —le preguntó Kore con insistencia.

Hermes, la miró raro,
—¿Por qué quieres saber cómo es?, ¿Acaso
tu?... —pero Kore lo interrumpió —¡No claro que no lo he visto!, es solo que... las ninfas dicen que él es un monstruo y siento curiosidad —dijo Kore bajando su cabeza mientras jugaba con sus dedos.

Hermes suspiró, y paso una mano sobre su cuello—Kore, la verdad tengo prohibido hablar de su apariencia, solo te puedo decir que no confíes en lo que los demás digan, mejor espera a algún día verlo y juzgarlo por ti misma.

Kore se asustó, —¡No, no quiero morir! —exclamó y empezó a temblar  frotándose los brazos.

Hermes se acercó a ella y trató de tranquilizarla,
—Tranquila, ¿Quién te dijo que moririas?

—Las ninfas me dijeron que si veían a Hades era para llevarlos al inframundo, osea, cuando murieran.

Hermes sujetó el puente de su nariz.
—Kore, por eso te decía que no confíes en lo que los demás digan, Hades solo se lleva a los mortales y tú eres inmortal, aparte no creo que él quiera llevarte al inframundo.

Mi flor de granadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora