Eran las dos de la mañana y me dolía todo el cuerpo, Chris estaba duchándose mientras yo terminaba de vestirme para irme a mi habitación, estaba agotada y por alguna razón deseaba dormir con Chris, así sea solo una noche pero sabía que era imposible, él simplemente no lo permitiría, me volví a colocar el vestido de lentejuelas y espere a que saliera del baño para irme.
—¿A qué hora nos vamos mañana? —preguntó colocándose un pantalón de pijama.
—Estaba pensando en irnos después de almuerzo, necesito hablar con Cristiana de algo y mama quiere cocinar para toda la familia una última vez —dije caminando hacia la puerta.
—¿Entonces a qué hora vamos para la casa? —se sentó sobre la cama.
—¿A las diez?
—Perfecto —me sonrió.
—Descansa Chris —dije tratando de disimular un poco mi tristeza.
—Descansa Faith...
Me coloqué la pijama y me arrojé a la cama pero el cansancio había desaparecido, ya no sentía sueño, me sentía triste, unas fuertes ganas de llorar me invadieron, deseaba que Chris se diera cuenta, lo necesitaba, necesitaba que se diera cuenta que estaba enamorada de él ya que no tenía los pantalones para decírselo, pero él no lo haría, probablemente ya se habría dado cuenta y no quería decirme nada porque le daba igual, ahora más que nunca necesitaba distancia entre los dos, lo necesitaba urgente y así tal vez lo dejaré de querer un poco.
A las diez de la mañana mis ojeras y mis ojos hinchados eran imposibles de disimular, incluso Chris lo había notado y tuve que mentir sobre un ataque de alergia para que dejara de preguntarme, decirle que había llorado por él sería lo más estúpido en ese momento, cuando llegamos a casa mi madre aún estaba cocinando, Luke estaba durmiendo y Cristiana en su habitación, dejé a Chris con mi madre y subí a la habitación de mi hermana para contarle la verdad, esa verdad que tanto han ocultado mis padres y la cual ella ya merecía saber.
—Hola Cristo —dije sonriendo y entrando a la habitación.
—Hola Fe —me miró—. ¿Por qué estaban llorando anoche?
—¿De qué hablas? —pregunté sentándome en la cama junto a ella.
—A mí no me engañas, te conozco muy bien y se cuándo lloras, tus ojos pierden brillo.
—No es nada importante, aparte si te cuento porque estaba llorando no puedo contarte lo otro.
Ella dejo de escribir en su cuaderno y me miró, corrió hacia la puerta y la cerró con seguro.
—Habla ya —me pidió sentándose frente a mí.
Respiré profundo y le conté todo, aguanté las lágrimas todo lo que pude y por suerte lo logré, cuando terminé de contarle la historia Cristiana solo me miraba con sus ojos abiertos y la boca tensa.
—Entonces... ellos se aprovecharon de la situación y...
—Sí, exacto ¿Ahora entiendes mi odio? ¿Entiendes porque no llamo a Luke "papá"? ¿Por qué no quiero estar si quiera cerca de los hermanos Charles?
—¿Y Chris ya lo sabe? —yo asentí—. ¿Y cómo se lo tomó?
—Los odia, los odia profundamente y yo también.
—Definitivamente papá es un... no entiendo cómo puedes venir a verlo sabiendo lo que hizo y lo que intento hacer.
—Lo sé pero vengo más que todo por ti y por mamá, ustedes no se merecen mi indiferencia o mi olvido como él, además es la única forma de que se me permita entrar en esta casa.
ESTÁS LEYENDO
Sometida por Chris
RomansaPRIMERA PARTE TRILOGÍA "PLACERES OCULTOS" Chris McGregor era todo lo que Faith Taylor buscaba en un hombre, su atractivo sexual y su sensual voz junto con su belleza física eran la representación de su hombre ideal, pero solo tienen tres meses para...