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Tras reencontrarse con su mejor amigo, Argentina empieza a recordar a sus amores de secundaria "Rusia Y Canadá"
Dos historias con el mismo protagonista, dos relaciones desconocidas ante los ojos de los demás.
¿Es Argentina el culpable...
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Todos estaban en el comedor hablando de distintos temas, excepto por el ruso cuya atención estaba en el argentino que todavía no volvía del baño. Argentina y Canadá se habían retirado hace ya más de seis minutos, sentía que algo andaba mal.
──"Cálmate de seguro él volverá pronto."──fue el pensamiento que pasó por la mente del ruso, debía mantener la calma y olvidar esos tontos celos que sentía al ver al argentino junto al canadiense.
Por otro lado, en la planta alta Argentina y Canadá se miraban fijamente. El norteamericano miraba al contrario con una sonrisa coqueta mientras rozaba su entrepierna, el argentino se encontraba totalmente sonrojado por las acciones del mayor en estatura.
──Dime la verdad Solecito.──el canadiense se acercó aún más al argentino causando que este retrocediera hasta chocar con la pared.──Di que me extrañaste.──suplicó para luego besar el cuello del argentino, llegando a morderlo y a dejarle algunas marcas.
──Canadá.──se intentó alejar del canadiense, pero no pudo.──Por favor.──suplicó mientras jadeaba, la sensación de los besos le parecía muy excitante, pero no quería gemir frente al canadiense.
──¿Tienes miedo?──preguntó mirando los ojos del latino, pegó su frente a la del argentino y se acercó tanto como para que sus labios rozaran los del menor.──Tienes miedo de que te vean conmigo, ¿verdad?──preguntó alejándose del argentino, esperando una respuesta decente.
──Yo, no...──no sabía que decir, no quería arruinar las cosas con Canadá, pero simplemente no podía responder.
──Lo sabía.──se dirigió al lavamanos para luego dirigirse hacia la puerta.
Argentina tan solo lo observaba desde la pared donde anteriormente había sido acorralado. Notó que el canadiense estaba a punto de irse de aquel lugar, y por alguna razón por su mente pasó un pensamiento.
──"No quiero que te vayas, no puedo dejar que te vayas."──.
Canadá intentó abrir la puerta, pero Argentina fue más rápido, tomó la mano del más alto y lo atrajo hacia él. Se puso nervioso pues Canadá lo miró fijamente. Por otro lado, el norteamericano estaba feliz pues logró su objetivo.
──"Bingo."──Canadá sabía que esa iba a ser la reacción del argentino, siempre era así, el argentino odiaba quedar mal.
──Yo no tengo miedo.──dirigió su mirada al suelo y prosiguió.──Es solo que es raro.──.
──¿Qué es raro?──posó su mano sobre la mejilla del argentino para luego acariciarla.
