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Tras reencontrarse con su mejor amigo, Argentina empieza a recordar a sus amores de secundaria "Rusia Y Canadá"
Dos historias con el mismo protagonista, dos relaciones desconocidas ante los ojos de los demás.
¿Es Argentina el culpable...
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"Él se fue y llegué yo"
5 años y 4 meses antes de la actualidad
──¿Qué haces acá?──preguntó mirándolo a los ojos, estaba bastante cansado.
Argentina pasó toda la noche despierto pensando en si se merecía lo que le estaba pasando. Además, tenía que lidiar con la ONU, ya que constantemente insistía para verlo.
──Solamente vine a verte, México me dijo que necesitabas distraerte.──respondió el norteamericano mirando las manos del latino.
──¿Distraerme de qué?──repreguntó el argentino tomando aquella taza de café que estaba delante de él.
──De lo que sea que esté pasando por tu mente.──respondió nuevamente el canadiense observando como el contrario le daba un sorbo a dicha taza.
Ambos se miraron con expresiones tranquilas. La verdad era que México no había hablado con Canadá, sino que este decidió aprovechar la situación emocional de Argentina para que bajara la guardia.
──Te dije que no tenías que estar con él.──.
──¿Por qué sos así Canadá?──.
──Yo no soy malo Argentina.──se levantó de su lugar y se arrodilló frente al argentino para luego acariciar la mejilla del menor.──Solo te digo la verdad, nadie te merece.──Argentina lo miró conteniendo las lágrimas.──Eres perfecto.──.
Acortó lentamente la distancia entre ambos, dejando que Argentina decidiera si corresponder o no. Argentina usó su mano libre para colocarla en la mejilla del canadiense. Decidió corresponder al beso del norteamericano. Así se besaron por un corto lapso de tiempo hasta que Canadá interrumpió el beso.
Agarró la taza de Argentina y la dejó sobre la mesa que estaba junto a ellos para luego separarse del beso y mirar los ojos del argentino. Argentina acarició con la yema de sus dedos los labios de Canadá mientras este desabrochaba lentamente su camisa.
──Me hubiera gustado haber sido tu primera opción.──habló Canadá por lo bajo.
Comenzó a besar lentamente el cuello del argentino, no le importaba marcarlo, morderlo o lastimarlo. Solo quería distraerlo, su piel era suave y sus gemidos excitaban cada vez más al norteamericano.
──Ahora soy la única opción que tienes.──susurró causándole escalofríos al menor.
Bajó hacia el torso desnudo del argentino y empezó a besarlo mientras acariciaba su cintura. Argentina acariciaba levemente el cabello del canadiense. Canadá dejó de besarlo y lo miró a los ojos.
