Cómo San Antonio, predicando ante el papa y los cardenales, fue entendido por gentes de diversas lenguas
El admirable vaso del Espíritu Santo, San Antonio de Padua, uno de los discípulos y compañeros predilectos de San Francisco, que le llamaba su obispo, predicó una vez en consistorio delante del papa y de los cardenales; en este consistorio había muchos hombres de diversas naciones: griegos, latinos, franceses, alemanes, eslavos, ingleses y de otras diversas lenguas del mundo. Inflamado por el Espíritu Santo, expuso y desarrolló la palabra de Dios con tanta eficacia, profundidad y claridad, que todos los que se hallaban en el consistorio, aunque eran de lenguas tan diversas, entendieron claramente todas sus palabras sin perder una, como si hubiera hablado en el idioma de cada uno de ellos; hasta tal punto, que todos quedaron estupefactos, y les pareció que se había renovado el antiguo milagro de los apóstoles en tiempo de Pentecostés, cuando hablaron en todas las lenguas por la virtud del Espíritu Santo.
Y se decían unos a otros con admiración: ¿No es de España este que predica? Pues ¿cómo es que todos nosotros le oímos hablar en la lengua de nuestro país? Y el mismo papa, lleno de admiración por la profundidad de sus palabras, dijo: A la verdad, éste es arca del Testamento y armario de la divina Escritura. En alabanza de Cristo. Amén.
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Las Florecillas de San Francisco de Asís
Ficción históricaEste pequeño libro, que cuenta casi setecientos años, nació en latín y con dimensiones más amplias, con el nombre de Actus Beati Francisci et sociorum eius. Los Actus son una recopilación de episodios de la vida de San Francisco y de sus primeros co...