⚡ ¡ NOVE ! ⚡

681 87 25
                                    

El día transcurrió de lo más normal, la única diferencia a los demás es que sus amigos habían llevado su desayuno y comida hasta la habitación del mexicano para que  no se preocupara en salir y que alguno de los miembros de la banda o el mismo Rusia lo viera.

Ya habían dado las 9 de la noche en punto y unos pequeños golpecitos en la puerta de la habitación lo pusieron en modo alerta, los pasillos iluminados por un color blanco tenue reflejaron la silueta de un hombre alto y delgado; Rusia.

Termino de aplicar el bálsamo para labios partidos y tocó su pelo ya rizado para acomodarlo bien de lado.

—¿¡Quién es!?—abrió los primeros botones de su camisa negra y abrió la puerta para luego ver al menor frente a él—Rusia...que gusto.

—¿Estás enojado?—ignoro las condiciones en las que estaban, ¡E ignoró el look que tenía México, especialmente para él! —Ayer...ya no me contestaste, ¿Hice algo mal?

—Lo hiciste—optó por darle la espalda, entrar nuevamente a su habitación para tumbarse en la cama y colocar sus brazos en su nuca a modo de relajación.

—¿Qué hice? ¿No te gusto el vino acaso? ¿No te gusta la noche? Pensé que los aztecas...—

—No tiene que ver con eso ni con mis dioses—lo miró serio—¿Mientras dure? ¿Enserio eres tan cínico que te atreves a decirme algo así? ¡Me lastimaste! —tomó una almohada que estaba por ahí y se la lanzó al rostro.

—Puede que haya sido un estúpido por decir eso...y lo lamento—se agachó para tomar la almohada y ponerse de pie—¿Hay algo que pueda hacer?—se acercó lentamente a su lado -no sin antes cerrar la puerta- y se sentó frente a él, poniéndole toda la atención posible para no perder la poca confianza que tenían. 

—Mmm...primero...¿besarme quizá?—sonrió ladino y dejo que el contrario se abalanzará a su cuerpo para besarlo lentamente mientras se acomodaba encima suyo.

Bajo su mano hasta la entrepierna del contrario y comenzó a tocar por encima de la tela hasta sentir que ya estaba algo duro, el internamente estaba sufriendo por no tener una erección en medio de sus piernas, un trabajo nada sencillo que cumplió hasta el final.

Cuando supo que era lo suficiente se separó de él y se levantó de la cama para tomar una sudadera cerca de la puerta—¿Nos vamos, Rus?—cerró sus ojos cuando sonrió y Rusia suspiró.

México 1 - Rusia 1.

—Vayámonos—se puso de pie y fue tras él.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


—¡Brindo por la banda, por el próximo álbum y por lo que nos espera!—Bélgica levantó la copa entre sus manos hasta lo más alto que pudo y todos los presentes imitaron su acción—¡Salud!

Los hombres también son Groupies⚡ RusMex #Wattys2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora