Los hombres también son Groupies⚡ RusMex #Wattys2020

⚡¡ ＤＩＥＣＩ !⚡

Anteriormente...

—¡CARAJO, UNA PARED! 

—¡ALTO AHÍ!—

Actualmente....

Ambos países huían de un policía encargado de cuidar el piso oculto -no tan oculto ahora- Transcurrían por un pasillo algo resbaloso que los hacia tropezar ligeramente en su escape. Cierto era, que, en su intento fallido por escapar de la policía chocaron con una pared que impedía el paso a cualquier persona. Se detuvieron en seco y miraron a sus costados, pero lamentablemente no había ninguna ruta de escape, así que no quedó de otra más que...

—Métete en esa bolsa—ordenó con voz gruesa mientras tomaba de su mano y lo direccionaba a las camillas con bolsas—Estaré a tu lado—le dio un beso fugaz en sus belfos abultados e hizo lo que propuso. 

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—¿Crees que hayan dormido juntos?—Argentina cambio la posición en la que estaba acostado; se puso boca abajo para levantar ligeramente su cabeza y mirar a su amigo, quien estaba frente a él acostado en su respectiva cama.

—¿Quiénes?—hizo su celular de lado y lo observó desinteresado.

—Los pibes de México y Rusia, che. ¡Se fueron antes de terminar la fiesta! —soltó un grito por lo bajo y le lanzó una camisa que descansaba sobre su cama .

—¡Hey, weon parai!—se quitó la camisa y la tiró al suelo—¿Estás seguro que México no está en su camarote?

—No ví encendida la luz cuando pasamos...—endureció un poco su rostro y frunció su ceño de forma pensativa. —Y tampoco escuché los gritos de perra loca de México.

—¿Estás insinuando que fueron a empujar las tripas? (Tener sexo)—preguntó riéndose—¡Fuiste tú quién le dijo a él que no hiciera nada con el  mastodonte de Rusia!—esta vez se levantó de la cama y se acercó a la contraria.

En el camino se tambaleó un poco hasta caer en el colchón y sentarse en la orilla —Aveces hace lo que quiere...—soltó un suspiro—¿Pintaste tu cabello?—lo tomó entre sus manos y lo acaricio suavemente.

—¿Hasta apenas te das cuenta?—volvió a reír—Antes de venir al crucero lo hice.

—No había tenido tiempo para decirte que el rubio se te ve bien, quizá porque México se la pasaba con nosotros o porqué no dejábamos de cuidarlo.

La habitación se quedó en un silencio nada incómodo, simplemente se podían escuchar la respiraciones de ambos y las olas del mar chocando contra el barco.

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La luz blanca alumbró una pequeña parte de la cubierta secreta y no los logro divisar por ningún lado, buscó debajo de las mesas y tampoco había ningún rastro de ellos.

Camino un poco a la salida sin quitar la vista de toda la redonda, cuándo estuvo lo suficientemente lejos de ellos, o al menos eso pensó —¿Nos buscabas?—una voz desconocida y bastante gruesa resonó en eco por toda aquella cubierta y lo hizo sudar frío.

Un ligero escalofrío recorrió su cuerpo y se dió la vuelta para observar determinadamente el dueño de aquella voz. Lo evaluó con la mirada de arriba abajo y finalmente hicieron contacto visual.

El policía palideció, cuándo vio al chico tan alto y detrás de él, con una sonrisa un tanto divertida, otro chico más pequeño de estatura con la misma reacción en su rostro.

—¿Qu-qué hacen aquí? ¡Es un piso prohibido!—volvió a retomar su papel "serio" de oficial, aunque honestamente lo había perdido hace poco tiempo, ahora se encontraba temblando un poco.—Háganme el favor de poner las manos atrás de sus espaldas—toco sus bolsillos traseros buscando en la oscuridad las esposas que deberían de  traer. 

—Mire...—soltó un suspiro—Si usted nos deja ir...yo le daré 700 euros—busco en su chaqueta el dinero que traía y lo sacó para ponerlo frente a él—¿Acepta?

El policía se quedó viendo el dinero que el ruso traía entre sus dedos, lo examinó con minuciosidad  y finalmente dijo—Lo siento señores pero tendrán que acompañarme—con un movimiento brusco los pego a la pared más cercana y sin la necesidad de colocar las esposas los tomó de sus muñecas y los fue sacando de la cubierta 5. 

—¿Rusia?—México susurró lo más bajo que su voz daba, giró su cabeza para mirarlo aterrerado y con miedo, al contrario de el, Rusia tenía una pequeña sonrisa en el rostro.

—Tengo contactos...—dijo de la misma forma que él. México regreso su vista al frente y frunció el ceño, la verdad no entendía nada.

Siguieron caminando por unos largos pasillos que llevaban a la sala de control del crucero dónde seguramente estarían los encargados, el capitán y los demás oficiales.

—Bélgica, es que no entiendes... tú no entiendes, ¡El me gusta y simplemente me ignora!—Polonia grito lo más bajito que pudo y asomó su cabeza por la puerta del baño dónde estaban.

—Bueno, pero al menos no te ha dejado de hablar cómo la primera vez ¿No?—hizo su libro a un lado y volteó su cabeza para verlo fastidiado. —Te he dicho muchas veces que Alemania está loco por él...—dejó al aire.

—¡Es por eso que me preocupa! ¡Él me gusta desdé qué nos conocimos por primera vez!—soltó un chillido algo agudo y lanzó sus brazos al aire—Esto comienza a enfermarme.

—Estoy seguro de que Rusia no se interesará por él, sabes lo homofóbico que puede llegar a ser...—dijo seguro—¿O tú crees que tenga una oportunidad con él?

—De hecho...—rió suave—Alemania me contó cuando ellos dos... Lo hicieron—después de un suspiro nostálgico se tendió sobre su cama y levanto las cobijas para cubrirse—Él me dijo que fue lo más especial para él, me contó con lujo de detalle...y yo... simplemente escuchaba como se partía mi corazón trozo por trozo....

—Polonia... Sabes que Rusia aún no está en condiciones para una relación, y sabes cómo es en cuanto temas de sexo...

"La razón por la cuál Colombia se alejo de él..." pensó Polonia.

—Rusia...él...ha estado interesado de aquel chico, de México—una pequeña sonrisa se formó en su rostro—Y eso me alegra.

—Eres un poco egoísta, Polonia—la risa se contagio y apagó la luz para poder dormir.

—¡SUÉLTAME MIS NALGAS, CULERO!—vaya, un grito que alarmó a todos en el crucero.

—¿Ese de ahí no es México?—preguntó Finlandia.

—Ese acento...ese vocabulario...esas groserías...¡No puede ser nadie más!

El amor no existeh, bai.