『 English Love Affair 』» Sookai

Primer acorde.

En un día cualquiera de Julio la lluvia en el aeropuerto de Incheon golpeaba fuertemente a todo aquello que se encontrara a la intemperie, convirtiéndose en un obstáculo tedioso para quiénes esperaban ansiosos la llegada su ídolo al lugar.

¡Cherry recibe con entusiasmo a Soobin en el aeropuerto!

El cielo nublado y el olor a tierra mojada acaparaba todos los sentidos del azabache que disfrutaba tranquilo con la ventana del coche en el que iba ligeramente abajo, lo suficiente para percibir lo del exterior sin ser atacado por las fuertes gotas de lluvia.

En simultáneo y no a mucha distancia los fans vociferaban eufóricos por el muchacho tan solicitado que esperaba ser recibido con decenas de carteles de apoyo y que estaba dentro de una van negra camino al aeropuerto.

El pelinegro hacía un repaso junto con su manager de todo lo que debía hacer mientras que se colocaba su cubrebocas y sombrero de color negro como de costumbre.

一... Y por amor a Dios, Soobin, no digas cosas comprometedoras. Ya no puedo con otro escándalo por más mínimo que sea.

一Si, Jin Hyung. -Respondió el contrario con flojera, recibiendo poco después un golpe en su nuca.

一PD-Nim. -Corrigió entre dientes el mayor.- No es Hyung, es PD-nim. ¿Cuántas veces debo decirlo?

Soobin solo siseó mientras sobaba la zona afectada.

一Ya llegamos. -Avisó el chófer, recibiendo un agradecimiento de parte de Seokjin a nombre de ambos.

Unos pocos minutos después de eso el cantante ya se encontraba bajando del vehículo con un guardaespaldas a cada costado suyo y su manager detrás quienes evitaban que la barrera entre los fans y el espacio personal del artista se rompiera.

Los gritos emocionados, los flashes de las cámaras, periodistas peleando por unas pocas palabras de su parte, fans aclamando por él y otros dedicándole sus más grandes logros con frases como "¡Eres mi inspiración!" o "¡Gracias por todo!".

El pelinegro sonrió sincero a la vez que saludaba a sus fans, los cuales se hacían llamar a sí mismos como Cherry, chocando los cinco con algunos de ellos y mirando a la mayoría de cámaras para dedicar bonitos gestos que derretían el corazón de las mujeres y hombres presentes.

Sin embargo, aunque Soobin podía corresponder gustoso la mayoría de sentimientos positivos de sus fans su sonrisa se borró ligeramente cuando hizo contacto visual con una chica, de cabellos largos y facciones finas, quién le miraba de vuelta como si fuera la razón de su existencia, su más grande tesoro.

Lo veía como si fuera el único que habitaba su corazón.

Choi se sintió mal por no poder verla de la misma manera, con el mismo sentimiento tan puro que brillaba en sus orbes oscuras o el gran rubor natural en sus mejillas.

Pero lo que si pudo hacer fue sonreírle de vuelta.

Algo era algo, ¿no?

Quizás no era tanto como le gustaría pero era mucho más de lo que esperaba.

(...)

Choi y su equipo se encontraban en el avión, algunos agradecidos de la vista y otros durmiendo tranquilos mientras que el pelinegro más joven escuchaba música, maravillado por el azul del cielo mientras rebobinaba todo los acontecimientos del día como un video musical; entre sus recuerdos la chica del aeropuerto hizo presencia.

Suspiró mientras su semblante se volvía algo triste.

Soobin deseaba poder querer a alguien y que ese sentimiento se reflejara en sus ojos de la manera más honesta y bella posible, tal como esa chica. Quería amar a alguien de forma honesta, real y fuerte a pesar de no ser necesariamente eterna, muy probablemente efímera pero de igual forma pura.

Negó con la cabeza por sus pensamientos mientras cambiaba de canción, a veces se ponía demasiado abstracto y sentimental cuando canciones lentas salían de su reproductor en aleatorio.

¡No hay tiempo para el amor! Pensó mientras despejaba su mente con el fuerte ritmo de Imagine Dragons que hacía eco en sus oídos.

En ese momento solo debía concentrarse en su gira y grabar muy buenos recuerdos con su cámara para su madre.

El amor llegaría pero hasta entonces debía concentrarse.

No es como si fuera a llegar justo en ese momento como para que él lo esperara, ¿verdad?