『 English Love Affair 』» Sookai

Cuarto acorde.

一¡Papá, por favor!

Kai río bajo ante la insistencia de sus hermanas con su padre quien parecía que en cualquier momento les diría algo como "Sí, sí, ya dejen el fastidio". Aquel hombre de facciones definidas y cabello castaño no era una persona muy paciente con la insistencia interminable de ninguno de sus hijos.

一No, por décima vez no. -Repitió el padre de los jóvenes mientras dejaba de cortar la piña que llevaba ya una hora intentado preparar para el almuerzo.

Las hermanas pusieron un pronunciado puchero que hizo a su padre entrecerrar los ojos y convertir sus labios en una fina línea de desaprobación.

一Mira, tú no tendrás que pagarnos nada, tenemos todo perfectamente planeado; Lugar de hospedaje, entradas oficiales, nuestros ahorros y los de Kai también. -Aseguró Lea con Bahiyyih asintiendo frenéticamente a todo lo que decía.

一¿¡Quién dijo que podrían tocar mis ahorros!?

一Silencio, Kai, esto es por un bien mayor.

El mayor de los cuatro presentes rodó los ojos y poco después su esposa entró en escena.

一¿Que tanto hablan que no han terminado con el jugo de piña? -Preguntó la mujer luego de saludar a sus hijos y esposo con el acostumbrado beso en la mejilla de su ciudad natal.

一Tus hijas quieren ir al concierto en Los Ángeles de ese tal Supin, Sombi, Sobado o cómo se llame. -Contestó el mayor para instantáneamente después escuchar los bufidos de decepción de Lea y Bahiyyih.

一Ya te dijimos, se llama Soobin.

一Bueno sí ese.

Mientras que su familia discutían entre ellos para darles o no el premio a las dos menores, Kai estaba entretenido en su teléfono revisando los mensajes de sus amigos pero sin responder ninguno por simple flojera.

Igual los vería al rato.

一¡Bien, bien!, les daré el permiso. -Exclamó el señor luego de dos minutos enteros de chirriantes "por favor, por favor, por favor" que parecían no tener final.

Las dos muchachas comenzaron a gritar de la emoción, aturdiendo un poco al único hijo varón de la familia.

一¡Iremos al concierto de Soobin en LA! -Exclamaban con desbordante emoción y amplias sonrisas.

一Pero. -Habló de nuevo el señor Huening, parando el escándalo que habían hecho sus hijas.- No irán solas.

一¡Por supuesto que no! -Aseguró Bahiyyih.- Kai irá con nosotras.

一¿Cuando dije que iría?

一Kai, cállate ¿si? Te compro un chocomenta más tarde si lo haces. -Les ofreció Lea al menor y este hizo como si un cierre fuera puesto en sus labios.

Entonces las castañas se giraron para ver a su padre de nuevo.

一¿Ves? Kai es mayor de edad y Lea también, yo ya estoy mentalmente adulta, ¡Quizás más que ellos d-..! -Bahiyyih pudo seguir halagando la mayoría de edad "mental" de su familia de no ser por la interrupción del mayor.

一Yo no los puedo llevar, debo trabajar acá y su madre también. -Aseguró el hombre a lo que sus hijas lo miraron confundido.- no les voy a dejar el auto así que... ¿Saben que significa eso?

Las dos negaron con la cabeza en conjunto.

一Deberán ir con alguien mínimamente adulto y que tenga auto.

Los hombros de las dos féminas cayeron a sus costados ante la afirmación de su padre. No conocían a nadie que cumpliera con ambos requisitos.

Alguien por allí habría dicho alguna vez que no todo es fácil en este sufrimiento existencial llamado no tener licencia de conducir.

Bueno, quizás no pero no vamos a entrar en detalles.

一Pero no conocemos a nadie que sea mayor de edad y sepa conducir. -Murmuró Bahiyyih a lo que su padre le dedicó una sonrisa.

Lea por otro lado estaba haciendo una búsqueda mental entre los conocidos de su familia, descartando y teniendo en mente a una grupo específico de personas hasta que...

Kai frunció su ceño cuando sintió un peso hacerse sobre sus hombros y unos brazos enredándose sobre su pecho.

一Kai~, ¿Sabes cuánto te quiero?

La voz meliflua de su hermana le dió a entender todos sus objetivos.

Estaban buscando a un mayor de edad, que supiera conducir, alguien responsable, atento y en quién su familia confiara lo suficiente.

Un rostro llegó a su mente y de inmediato se negó.

一Ni lo sueñes.

一Kai~.

一¡Me niego! No lo voy a llamar. -Aseguró el muchacho mientras se alejaba de la mayor.

Nada ni nadie en el mundo lo haría cambiar de opinión, primero muerto que llamando a ese ojete de nuevo, nunca lo haría ¡Nunca!

(...)

一¿Hola?

一Buenos días, Beomgyu Hyung.