Capítulo 8

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*Una semana después*

Elsa tocaba sus labios pensativa.  

Le echaba de menos

Echaba de menos su cuerpo

Echaba de menos sus grandes manos recorriendo su cintura. Su ávida boca sobre su cuello. Sus delicados besos bajando por su clavícula.

Suspiró

Lo deseaba.

—Es espectacular— escuchó unas voces que le hicieron abrir los ojos.

Delante de ella,en el otro lado de una de las mesas de la biblioteca se encontraban un grupo de muchachas.

—¿El extranjero?— preguntó una de ellas

— Sí...es un dios— dijo aquella pelirroja mordiéndose los labios

Elsa frunció su ceño

Pensaba que Alex solo se había acostado con Melanie.

Al parecer el castaño tenía una larga lista de muchachas esperando detrás de su puerta y Elsa había sido realmente estúpida.Ella era como una puerta que impedía a todas aquellas muchachas acercarse a él... Y ahora que esa puerta no existía ,todas tenían acceso libre a él.

Se clavó las uñas en su brazo de solo pensar en un grupo se muchachas tocando al Castaño.

A su castaño.

Elsa puso una sonrisa de lado mirando al grupo de chicas delante de ellas.

—Ariel— le llamó y la pelirroja alzó la vista.

—Oh...hola Elsa— sonrió la muchacha dejando de hablar del tema.

—Oye...no he podido evitar no oír vuestra conversación — Sonrió—¿A que Alex es fantástico?

Las muchachas delante de ella se quedaron petrificadas.

—¿C-cómo?— preguntó Ariel.

Elsa sonrió aún mas internamente

—Sí...ya sabes...en la cama.

—¿Tu y Alex...?

—¿Si hemos follado? Claro— Rió Elsa— Oye ¿A ti tambien te regaló un ramo de rosas?

—N-no...— murmuró la pelirroja mirando a sus amigas cómo en busca de respuesta.

—Uy...lo siento— dijo Elsa tapando su boca— a lo mejor eso solo se lo hace a las especiales...— murmuró mirando sus uñas. Miró su reloj y sonrió — Hasta más ver— sonrió poniéndose de pie y cogiendo sus libros saliendo de la biblioteca con una sonrisa satisfactoria

Dios santo ella no era así

De acuerdo,era fría...calculadora...madura

Pero nunca había hecho algo así por un chaval


Jack tenía razón: Elsa en ciertas ocasiones tenía la astucia de una reina. Era fría y despiadada si la situación lo requería...una reina del hielo...pero de corazón caliente. Una muy buena conseguida máscara que solo en un momento una persona (y no fue Anna) consiguió derretir.

Por desgracia la derritió para nada...porque lo único que consiguió fue que aquella reina del hielo engordara su escudo contra la gente, contra el mundo,contra los sentimientos.

Elsa se prohibió a sí misma pensar en algún chico más,después de Hans realmente no tenía fe en nada.

Por el amor de dios,había salido destrozada de todo aquello.

El príncipe y yo (Jelsa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora