Capítulo V- LA CLAVE DEL AMOR

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Maldito sol de mierda, que calor hace aquí. No sé cómo las personas pueden soportar este maldito sol. ¡¡Quiero agua!!

Un momento, yo estaba conduciendo con destino a Florencia, ahora estoy en medio del... ¿desierto?, ¿en qué momento llegué aquí? No puedo estar muerto. Mierrrrda, me maté y esas PERRAS están vivas.

Cuando menos esperaba divisó a lo lejos una figura que se acerca, despacio, muy despacio. Mi corazón empieza aumentar sus latidos. Sé que es ella, que la puedo volver a ver. Estoy dormido, estoy en el desierto. Ella es mi ángel porque es el único momento que la puedo ver. En el fondo de este corazón destrozado y mi alma perdida, cuando añoro sentirme vivo.

Ya puedo ir divisando su figura. El decadente movimiento de sus caderas al compás de las ondas solares. El sonido de sus prendas al caminar. No puedo dejar de verla, una hermosa negra se acerca a mí y es ella. Una pequeña sonrisa aparece en mi rostro. Mi respiración se acelera, es magnífico como el color de su piel brilla cuando el sol la toca. Sus ojos negros como la noche, su cuerpo, ese cuerpo que puede hacer perder a cualquier hombre, tiene una hermosas curvas. Unos senos hermosos. Unos labios voluptuosos... ¡SI! sus labios que llegaran a ser mi perdición y no dudaré en pasarme el resto de mi vida besándolos, probando la miel de aquellos labios gruesos, grandes; NO PUEDO DEJAR DE MIRARLA. Quiero estar más cerca, pintarla sobre lienzo, retratar esa hermosura de negra, de ser MI salvación porque ella es MIA. SOLO MIA. En ese momento me pierdo en su mirada que refleja por medio de eso grandes iris negros, tristes, rojos, y a veces sin brillo.

Pienso que decirle, cada vez está más cerca. Quiero, deseo que sea real, que no sea producto de esta cabeza. Otro fruto perdido de esta imaginación hundida en el dolor que ha creado una salvación representado en la mujer más hermosa que la luna en una noche llena de estrellas, por ella no dudaría en cruzar el mundo con tal de estar en sus brazos, entre sus piernas. Quiero saber que se siente estar dentro suyo, sentir ese calor y perderme en el placer de hacerle el amor todos los días de lo que me resta de vida. Cuando menos espero está al frente mío. Me mira con atención y una lágrima resbala por su mejilla derecha. Quiero morir, no quiero que sufra. Deja caer el arco que sostiene en su mano izquierda, extiende su mano. Hay en ella, la mujer está cubierta de sangre. Es una pesadilla, quiero correr pero no puedo dejarla sola. Escucho nuevamente su voz que, como en cada sueño, repite las mismas palabras... «ENCUENTRAME POR FAVOR. BUSCAME, YA SABES DONDE ESTOY» Despierto en un lugar que no reconozco. Escucho que golpean fuerte la puerta, quieren derribarla, alguien está muy molesto; me levanto con pesadez de la cama para abrir la puerta deseando saber quién es el hijo de puta que quiere tumbar mi puerta. Es el dueño del hotelucho donde me estoy quedando para decirme que pague o me largue. Para mi sorpresa hace dos días que no salgo de este cuarto, no puedo creer que he dormido tanto. Saco dinero de mi billetera y le tiro en la cara su puta plata para cerrar la puerta. Mi perro me mira extrañado por mi comportamiento tan torpe, desorientado.

Está pasando de nuevo. Cuando ella aparece, la mujer más hermosa del mundo, pierdo días enteros y no sé por qué, siento como si fueran minutos a su lado ¿dónde está?, ¿estará oculta en el fondo el mar como el tesoro más difícil de encontrar?, ¿dónde estás? Le podría dar el cielo con su azul, le entregaría cada latido de mi corazón, cada respiración. ¿Dónde estás? Ella es mi dios y mi cruz. Este vacío vuelve aparecer. El odio. La rabia. Las ganas de correr, de destruir todo a mi paso. Acompañado de desesperación, de miedo. Encontrarla en mis sueños calma por un momento el demonio que llevo dentro.

Esa diosa africana, una venus negra que despierta y me hace sentir vivo sin cruzar mayor palabra. Siento su dolor, sus heridas con solo tocar su mano; en medio de todo entro al baño, necesito refrescarme, me siento tan vacío, tan solo, tan cansado. Debo reconocer que Sara destruyó mi vida, se llevó parte de mi alma que se sentía perdida. Esta diosa negra empezó aparecer en mis sueños, es como una estrella fugaz, deseo tanto que sea real, que exista, que me salve de este sufrimiento. Cuánta nostalgia. Hago ideas, historias de AMOR a su lado. La imagino a mi lado, hablando. Dormida sobre una alfombra de hierbas, acostada como una diosa, como la mujer que puede salvar a este pobre hombre.

No puedo dejar de llorar mientras me baño, no puedo arrancarla de mis pensamientos, este dolor, este vacío es cada vez más grande. A veces la siento, la miro a mi lado, y es solo mi deseo viajando a donde ella pueda estar. Deseo tocarla, sentir sus labios, perderme en su cuerpo. En esos ojos que no necesitan ser verdes o azules para enamorar hasta el hombre más inteligente o estúpido del mundo.

Desde hacía mucho estoy buscándola, desde cuando la estoy esperando. Su mirada. Su cuerpo. La he buscado en un millón de auroras. ¿AMOR?, ¿es lo que siento? Necesito por favor saber su nombre. Ella abre puertas que Sara cerró.


Capítulo producto de escuchar a RICARDO MONTANER Y ALEJANDRO SANZ. ❤❤💕💕💕

NOTA: @Peith-Bleith y @EditorialGaleAlfaro

Estare subiendo los capitulos nuevamente, gracias a la ayuda de la EditorialGaleAlfaro y Peith.

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