Osomatsu-san × Lectora | Osomatsu-san おそ松さん One-Shot's

1#;; Karamatsu.

(Inspirado en el capítulo 5, con la pequeña diferencia de que los escenarios no serán los mismos.)

¡Disfruten!

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El fresco aire de verano zumbaba en tus oídos mientras tallabas tus brazos a causa del frío que te daba, como si eso fuera poco, habías olvidado llevar un abrigo, así que te maldecías internamente por tu terquedad y no hacerle caso a tu madre. 

Había sido una mala noche para ti. Podrías regresar a casa pero no querías, no después de pelear con tu madre antes de salir. Seguramente estaba muy preocupada por ti, sumando que eran altas horas de la noche y hace aproximadamente 2 horas que deberías haber llegado a casa.

Caminabas sin rumbo por las calles del nuevo lugar al que te habías mudado recientemente, estabas perdida. Hace no mucho que te habías mudado con tu madre y ese fue el motivo de celebración por el cual saliste con tus amigos, ellos querían mostrarte la ciudad, pero todo se fue al carajo, empezaron a pelear y tu huiste a quién sabe donde. Los malos momentos que pasaste hace unos instantes se repetían en tu cabeza como si de un disco roto se tratase. Hacías lo posible por no llorar, te habías prometido a ti misma ya no hacerlo y ser fuerte, en eso, una lágrima rebelde se deslizó por tu mejilla, provocando así, la fuga de mas lagrimas convirtiéndose en un llanto silencioso. 

Tus amigos trataron de contactarte de todas las maneras posibles, trataron de llamarte y te enviaron mensajes, pero seguías molesta por lo que optaste por apagar tu celular, mal hecho.

Tu mirada seguía baja mirando tus pasos, aveces a tus alrededores y atrás tuyo, para asegurarte que ningún loco te siguiera, en un momento, llegaste a un lugar donde divisaste una luz más brillantes que las otras, era un puesto de comida callejeros, cuando te diste cuenta de lo que se trataba, tu estómago correspondió al llamado del delicioso aroma de la comida, dando un pequeño ''rugido''. No habías comido nada hasta hace unas horas y habías llevado dinero para la juntada con tus amigos.

Te acercaste al puesto de comida, podías escuchar una voz masculina 

—No te pongas tan mal por eso... t-tal vez pensaron que era una broma y no un secuestro real. — dijo la voz. Ese comentario te inquietó un poco, fuera de eso, por un momento pensaste que estaba hablando solo, pero otro chico de cabello negro y con un ¿pijama? estaba acompañándolo pero no decía ni una sola palabra, es más, su espalda estaba curva y su cabeza agachada, se le veía enojo e incluso tristeza en su mirar.

Estaba por hacer otro comentario, pero fue interrumpido por tus pisadas. Las miradas de ambos fueron hacia ti, te daba vergüenza, tal vez pensarían que habías estado por mucho tiempo ahí escuchando. 

—B-buenas noches.— Al no saber que hacer te inclinaste un poco en señal de reverencia.

—Buenas noches, señorita ¿Qué le gustaría?— dijo amablemente el hombre de baja estatura.

—Un tazón de oden, por favor.—

—¡Enseguida! —dicho esto, se puso manos a la obra.

Miraste al hombre cocinar por unos segundos, pero tu atención fue robada por el otro chico de cabello negro, que al ver que sus miradas se conectaron, se puso un poco nervioso y se hizo a un lado para darte un lugar en el banco.

—Gracias...— le agradeciste al chico casi en un susurro, por alguna razón, no dejaba de mirarte.

Tras unos minutos de silencio, algo incómodo a decir verdad, tu plato de oden estaba listo y tenía un muy buen aspecto, una sonrisa boba se formó en tus labios, como si fueras una niña pequeña.