CAPITULO XXXVII

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Era el miércoles a las 5 de la mañana, cuando el día comenzaba, salí normalmente de mi casa, nadie se despidió de mí, y afrontémoslo era lo mejor, mi mamá acababa de quitarme ser su hija, lo siento nunca me sentí unida completamente con Los Weidenhaft, nunca nadie me quiso ahí y aunque intentaran saber la razón o lo que en verdad había pasado con Jamie nunca podrían darme su perdón, ellos creen lo que ven en la televisión y por ende eso nunca es bueno. Escuché que mamá dijo que se sentía avergonzada de mi porque creyó todo lo que dijeron respecto a lo que yo me había escapado, en si nunca tuve una buena comunicación con ella, siempre quiso que fuera perfecta, decente y bien portada. Aunque yo sintiera que lo “fuera” nunca fue suficiente para ella, se fijaba más en la apariencia que en mi sentimientos, se fija más en mis errores que en mis logros, piensa que debo ser perfecta, pero no se da cuenta que si hubiera tenido más contacto con ella de seguro ni siquiera hubiera tenido el interés de ser Blogger o escribir historias. Estos pensamientos inundaban mi mente hasta que llegue de nuevo al Hospital Psiquiátrico “Mary Jones”, eran las 7:00 am estaban abriendo recientemente asi que entré.

-Buenos días- me dijo la secretaria-

-Buenos- dije con voz baja- Vine a recluirme-

-Oh claro- dijo y tomo los papeles de su escritorio- ¿Abigail Weidenhaft?-

-Sí- dije apenada-

-Bien venga conmigo-

Los enfermeros me llevaron, me puse la ropa blanca y de nuevo estaba ahí, me veían con rareza los demás, a decir verdad nunca hablé con ninguno de ellos, no tenía interés, respecto a las cosas que pasaban en la televisión había sido la manera en la que ellos me conocían, igual no tenía ningún motivo para hablar con ellos.

Era hora de la visita con la psicóloga.

-Buenos días- dijo ella- Siéntese por favor. ¿Es nueva verdad?- me preguntó-

-Gracias- respondí tímidamente- No, bueno si más o menos-

-Veamos- tomo sus papeles- Primero quiero presentarme mi nombre es Giselle Telliz, seré su psicóloga. Emm- tomo un papel- ¿Abigail Weidenhaft?-

-Sí- respondí irónica-

-No le diré que no estuve al pendiente de lo que le paso, un caso evidente del Síndrome de Estocolmo, en si no es muy mal ni juzgado pero me gustaría que me dijeras que fue exactamente lo que paso-

-No quiero hablar de eso- Mentí me moría de ganas de decirle a alguien de cómo me sentía, como una idiota, estúpida, enferma y merecía lo peor-

-Vamos, lo que diré no saldrá de aquí, será solo entre tú y yo-

-No Srita- respondí orgullosa- En serio no quiero decir nada-

-Vamos, si quieres mejorar tendrás que decirle a alguien lo que sientes, supongo que enamorarte de tu secuestrador no es algo digno de vivir-

-No del todo- respondí triste- Es difícil, todo es perfecto a excepción de cuando llegamos a la parte del “Que dirán tu familia, los demás, tus fans, el mundo entero”-

-Supongo que te importa mucho el “Que dirán” más aún porque siempre es equivocado ¿O No?- dijo Giselle-

Vaya, me sorprendí, es exactamente lo que pensaba.

-Sí- respondí- Pero no en parte, porque es equivocado, es una historia muy larga y trágica que pronto, un día muy lejano-

-Pero…- pregunto sinuosamente Giselle- ¿Por qué te quejas de lo que te está pasando en el presente si es algo que dirás en el futuro, en uno en donde prácticamente alguien no se acuerde de esto-

Mierda, esta psicóloga tiene razón, ya ni modo tendré que decirle todo lo que paso.

Ese día durante dos horas solo me dedique a decirle todo lo que había pasado, el principio cuando me secuestro y me dijo sus intenciones, el intermedio mientras me enamoraba de él y el final su muerte, consecuencias y de cómo me sentía interiormente. Lo más sorprendente de todo fue que en vez de juzgarme como los demás e inclusive mi madre, ella me comprendió, dijo que eso era mucho más normal de lo que yo creía y que en parte si las reacciones de Jamie hacia mí no eran destructivas o partes importantes de un secuestrador no contaba del todo como Síndrome de Estocolmo.

Vaya, lo peor es que a pesar de que le eche mucha tierra a este hospital psiquiátrico es que por lo menos me sentí bien, algo que ya no sentía hace mucho tiempo. 

Living With The PsychopathDonde viven las historias. Descúbrelo ahora