EPILOGO

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Ya que estábamos en el cementerio, compre unas rosas era medio día, estuve buscando por todas las tumbas cercanas, no había nada cerca, nada por los rumbos que buscaba, hasta que me pareció ver una pequeña tumba escondida entre dos arbustos, mi instinto me dijo que estaba ahí.

Quite los arbustos, y exacto ahí era. Observe el epitafio, era desagradable como Los Strasseand se habían gastado en semejante tumba, y no había ni siquiera una rosa. El epitafio decía así.

“James Strasseand Lovay

12- DICIEMBRE 1986--- 03 DICIEMBRE 2014

(28 AÑOS)”

No puedo creer que haya muerto 9 días antes de su cumpleaños, me siento tan mal, comencé a llorar mientras tocaba la tumba, sentía que él estaba a mi lado, deje las flores color rojo como tanto le gustan a él, las deje encima de la tumba y la limpie un poco, prometía que la mantendría lo mejor que pudiera. De pronto alguien me toco el hombro

-¿Abby?- Era diego-

Me vio llorando, lo vi y no pude dejar de hacerlo

-¡Diego!- lo abrace- ¿Cómo saliste?-

-Salí hoy, pregunté en dónde estabas y vi a tu familia aquí, lamento mucho lo de tu padre, pero más lamento lo de Jamie, sé que él era y será tu gran y único amor-  

-Lo extraño tanto, el murió en mis brazos- exclame llorando- Vine a darle estas rosas y ahora le hablaré a la tumba pensando que es él, no te burles te lo pido-

-Claro que no lo haré, yo también te entiendo Abby, más de lo que crees, mi novia también murió en mis brazos, y perdí mi cordura, ahora lo superé y si es mejor que le digas y que saques todo lo malo-

-Exacto, déjame hablar- me hinque ante la tumba y comencé a decir- Jamie, querido, sé que lo que nos paso fue malo porque estás muerto, pero igual quiero decirte que ha sido lo mejor que me ha pasado- toque el epitafio- Y viviré por ti, te prometo que te tendré en mi memoria cada día de mi vida, hasta que me muera y me re-encuentre contigo, en donde haya nadie ni nada podrá hacernos daño, nadie nos va a juzgar, haya donde estas hay solo amor y felicidad, espérame, iré cuando sea mi momento- Finalice dándole un beso al epitafio-

Por alguna razón, me sentí mucho mejor, creó que era lo único que necesitaba, ir con Jamie y hablarle como si estuviera aquí, sé que debo seguir, pero también sé que tengo que recordarlo para siempre, el vivirá en mi memoria y mi corazón, no ha muerto aún para mí. Me fui con Diego quien me abrazo, era increíble todo esto. Si hay algo que quiero que aprendan los que leen este libro no es lo que me sucedió, tampoco que vean las vueltas de la vida, creó que el mensaje más importantes que no juzguen ninguna situación. Esto ha sido todo, gracias por leer mi historia y lo que me paso cuando viví con el psicópata. 

Living With The PsychopathDonde viven las historias. Descúbrelo ahora