Trente sept

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¡Felix-Hyung!

Seungmin hizo un mohín con sus labios mientras se encontraba frente al hogar de Felix, quería sorprenderlo para ir juntos a ensayar.

Pero llevaba más de media hora allí y nadie abría.

Se acercó más y noto un sobrecito metido en la rendija de la puerta.

El papelito con diseños de pingüinos decía: para Seungmin y Hyunjin.

Seungmin no pudo evitar sentirse muy mal cuando leyó el contenido de la carta. Felix se había ido, aunque había dejado su número de teléfono y nueva dirección por alguna emergencia.

El castaño llamó a Hyunjin y sus lágrimas cayeron en cuanto el mayor contestó el teléfono.

Ese día, Seungmin sintió que le había causado un dolor muy grande a Felix. Por eso, sin que Hyunjin los supiera, le entregó la dirección de Felix a Jeongin, porque sabía que él lo quería mucho.

En la carta decía el motivo por el que se había ido, pero Seungmin en el fondo lo sabía. Y a pesar de la penita en su corazón, no le gustaba la idea de imaginar que hubiese pasado si Hyunjin hubiera gustado de Felix.

Cuando volvía a casa, Hyunjin fue a buscarlo a la estación de trenes.

El alto se inclinó y tomó las mejillas frías de Hyunjin, le dio un besito en los labios.

Hyung, no me abandones nunca. Por favor.











Pasitos de pingüino [hyunmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora