Quarante neuf

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El tiempo pasaba lento, obviamente los días no eran lo mismo para Seungmin sin la presencia de Hyunjin.

Luego de algunos meses, los mensajes desaparecieron, también las llamadas.

El de cabellos morados iba frecuentemente a tomar el té con la madre de Hyunjin pasaba las tardes allí ayudando a la señora.

Había vuelto a hablar con Jeongin, salían más seguido y le ayudaba a conseguir sentirse seguro en lugares a los que o estaba acostumbrado a ir.

Pasando los años, Seungmin de ahora 23 años trabajaba con Jeongin siendo maestro de la academia de baile a la que iban cuando eran adolescentes.

No había hablado en mucho tiempo con Hyunjin, pero cada día mientras miraba su collar con la gema, deseaba que Hyunjin estuviera muy bien y que fuera muy feliz.

Sus alumnos eran pequeños, de apenas 10 años, y siempre le pedían que contara la historia de cómo había llegado a ser profesor y a superar sus miedos.

A Seungmin le gustaba hablarles de como una persona había llegado a iluminar su oscuridad.

Hyunjin siempre estaba presente en sus pensamientos, como lo había prometido.

Seungmin y su madre ahora Vivian con Jeongin y su familia.

Lo único que le faltaba a Seungmin, era que Hyunjin estuviera con él.











Pasitos de pingüino [hyunmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora