Cinquante Huit

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Una taza de café estaba a un lado de la laptop de Seungmin.

El pelinegro se encontraba bastante interesado leyendo un e-mail que Feliz le había enviado hace poco. En el escrito, decía que Felix había encontrado a un pequeño que quería conocerlo, y que debía ir urgentemente al lugar donde daba sus clases esa misma tarde.

Seungmin se arregló un poco, y salió camino al lugar. Agradeció a todos los santos que se le hizo rápido el camino, al ser domingo, las calles estaban algo vacías.

La sala de Seungminn era la única que tenía las luces encendidas, debido a que nadie trabajaba ese día. Se escuchaba música dentro, y el pelinegro no tardo en entrar allí, viendo que Felix se encontraba sentado algo lejos de un pequeño niño que mantenía su cabeza abajo y movía sus piecitos al ritmo de la canción.

Felix se levantó para abrazar a Seungmin con ánimo y característica sonrisa coqueta. Pero Seungmin no pudo evitar sentir curiosidad por el niño de la sala.

Él es Jongho, tiene la misma fobia que tú hace unos años. — Seungmin le miro, sintiendo como su corazón se oprimía con tristeza. — lo encontré vagando por mi ciudad, estaba solo. Lo lleve al centro de la policía pero en su expediente solía que vivía en un hogar de menores, y por lo que me dijo, estaba asustado y no quería volver. Le compre ropa y se quedó en mi casa para que pudiera calmarse y tratar de comer algo. Pero pensé que tú podías ayudarlo.

Seungmin jamas le desearía, ni a su peor enemigo, todo lo que él paso. Y ahora solo quería ayudar a ese pequeño. Se acercó lentamente, sin hacer mucho alboroto. Felix simplemente no pudo aguantarse las lágrimas cuando vio la expresión de Seungmin, como si se viera él mismo reflejado.

Hola, mi nombre es Seungmin.

H-hola.

Mira, sé que tienes miedo, pero puedes confiar en nosotros. Yo te ayudare, con pequeños pasitos... Como pingüinos ¿OK?











Pasitos de pingüino [hyunmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora