Vingt - Trois

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Seungmin tenía oficialmente 16 años.

Llevaba un helado de chocolate en su mano, Hyunjin caminaba junto a él.

El mayor había decidido guardar algo de distancia con el de cabellos castaños. No quería que el otro tuviera una especie de recaída a su trauma. Se suponía que hoy debía pasarlo bien por ser su cumpleaños.

Seungmin había elegido ver una película en cuanto llegaron al centro comercial, por ello ahora estaban paseando por ahí sin ninguna prisa.

Estuvieron todo el día junto, riéndose de cosas triviales hasta que llegó el momento de volver a casa porque ya empezaba a hacer frio.

Hyunjin le había puesto su chaqueta en los hombros a Seungmin, gesto que había sido respondido con una tímida sonrisa del otro.

En su lugar se escuchaban gritos, una discusión monumental. Hyunjin le dijo a Seungmin que lo esperara un poco más alejado para que no pudiera oír.

Los padres de Seungmin estaban peleando.

Se entendía que la madre de Seungmin le estaba preguntando a ese hombre que se le había pasado por la cabeza al hacerle eso a una criatura tan inocente. Hyunjin sintió ganas de vomitar cuando escuchó que había pasado más de una vez.

Miro al menor y todo su enojo se centró en aquel hombre.

Entró a la casa solo para pasar al cuarto del menor e ir a buscar la mochila que su madre le había preparado con anterioridad.

Luego, se dirigió a la casa de Hyunjin donde le esperaban para pasar la noche y a la mañana siguiente viajarían todos a una de las propiedades de los Hwang.










Pasitos de pingüino [hyunmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora