r e a l i s m o

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Día: viernes

[La imagen fue hecha por Hana-pong, la pueden encontrar con este nombre en deviantart]

-¿Cuánto es cuatro más cuatro?- la señorita de primer grado miraba a sus pequeños alumnos. Ninguno levantó la mano, nadie quería hablar- ¿Boomer, tú lo sabes?- el niño negó con la cabeza- ¿Brick?- él también- Blossom, estoy segura de que tú sabes la respuesta- le sonrió a la niña.

Blossom la mira nerviosa. -¿S...Siete?- dice tímida. No había leído nada esa semana, se había quedado jugando con sus muñecas todo el tiempo.

La maestra niega con la cabeza.

-¿Nadie me prestó atención? ¿¡Ni siquiera tú, Boomer, que estás en el primer asiento!?- él negó. Nunca le prestaba demasiada atención, ni a ella ni a los demás maestros que tenían, salvo al de música. Le gustaba mucho cantar.

Lentamente, temblorosa, una niña con dos colitas, rubia y algo alta para su edad, levantó la mano.

-¿Ocho?- dijo, o mas bien preguntó, a su maestra.

La mujer cambió el semblante enojado, y le sonrió.

-Muy bien, Bubbles- miró al niño rubio-. Mira, te salvaste gracias a ella. Deberías agradecerle- rió un poco.

Boomer se la quedó mirando. Hasta ese día, no le había prestado atención nunca. Sentía que era la primera vez que la veía. Era una niña muy bonita. Bubbles lo miró de vuelta, tímidamente, estaba roja de vergüenza. Tan tímida, que ni siquiera pudo mantener la mirada durante mas de tres segundos. Bajó la cabeza avergonzada, y comenzó a hacer garabatos en su cuaderno. Boomer no pudo evitar tener ese dejo de curiosidad por ella. Trató de recordar cada sonido de su voz, pero ella había hablado tan bajo, que apenas logró distinguir quien estaba hablando. Quitó la vista de ella, para después mirar a la maestra. Aún no podía dejar de pensar en esa niña.

.

Bubbles caminaba sola por el patio. No tenía amigas, aún cuando ella trataba de ser lo mas amable posible con ellas. Su hermano mayor estaba en el patio de al lado, al cual ella no podía entrar, por lo tanto ni siquiera podía ir con él. Miraba como los niños se divertían en los escasos diez minutos que tenían de recreo: algunos jugaban a la pelota con una botella vacía, las niñas saltaban la soga, otros jugaban al elástico, y otras niñas simplemente hablaban sentadas en unos troncos. Había intentado ir con sus compañeras, pero le dijeron que no podía estar con ellas. Y los niños, ni siquiera sabían su nombre. ¿Cómo les pediría siquiera jugar con ellos, cuando ella tenía miedo de ser golpeada? Además, las niñas no podían jugar con los niños. O bueno, eso le habían dicho. Aunque ella era de la misma altura que ellos, incluso un poco mas alta, seguía siendo una niña débil, que solo jugaba con sus muñecas. Nunca había sido una niña con muchos amigos, pero le habían dicho que era fácil hacer aunque sea uno cuando entraba a la primaria. ¿Por qué a ella le costaba tanto?

Faltaban cinco minutos para que terminara el recreo. Bubbles ya se había comido su pequeño desayuno: un jugo en caja de naranja, y unas galletas surtidas. Ya había visto todo lo que había en el patio, las maestras estaban en su descanso, y ella justo ese día se olvidó de llevar su libro para colorear. Fue lentamente hasta el salón de actos, cuando vio un cartel del lado izquierdo: BIBLIOTECA. ¿Qué era una biblioteca? ¿Por qué nunca la había visto? ¿Qué se hacía en una biblioteca? Miró a los costados, no había nadie. Entonces, dos niñas mayores entraron al lugar con dos libros en los brazos. Las siguió. El lugar era tan grande como dos cursos juntos, y tenía una mesa larga de madera al medio, con sillas de todos los tamaños. Habían estanterías llenas de libros en todas las paredes,y un pequeño escritorio con una mujer de espaldas sentada en él. Era la primera vez que entraba. Observó el lugar maravillada. Nunca había visto tantos libros juntos. ¿Cómo no había encontrado ese lugar antes? Se acercó lentamente a la mujer, y le tocó el brazo.

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⏰ Última actualización: Jul 10, 2020 ⏰

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