Tal y como dice el título, en éste fan fic trataré de integrar a Rimuru de Tensei Shitata Slime Datta Ken y varios de sus amigos en la realidad de Dragon Ball Z
❦❦❦❦ Una de las cosas que me gusta hacer es observar. Siempre estoy observando. Mi trabajo consiste en observar.
Pero cuando surgen problemas... También observo. No debo meterme con seres inferiores que son del interior.
Ellos están en mi casita de muñecas. Pero no significa que sean muñecas odinarias. Más bien son mis importantes muñecas.
Pero... No me gusta que hagan cosas indebidas. Malditas alimañas... Juntándose con mis amadas muñecas... Los despedazaré. Todos y a cada uno de ellas, luego los haré agonizar, también mis juguetes, deberían aprender a quedarse en su lugar.
❦❦❦❦ En un lugar muy, muy lejano, algo que parecía no tener forma física se estaba manifestando. Era parecido a una bruma oscura y horriblemente deformada, el espacio-tiempo estaba distorcionandose y pidiendo auxilio de lo que sea que esté ocurriendo allí.
Esa oscuridad, tanto como el mismísimo vacío del cosmos empezó a retorcerse. La luz de una estrella cercana no podía iluminarla, los fotones estaban siendo absorvidos; la luz estaba siendo absorvida.
Un asteroide cercano que entró en cantato fue inmediatamente absorvido, haciendo muy efímera su existencia.
Poco a poco empezó, esa cosa oscura empezó a extender tentáculos hacia todas las direcciones, todo lo que estaba en su camino fue hechado hacia un lado. Esa aparente bruma negra empezó a tomar color y una forma coherente poco a poco.
Su color se convirtió en blanco. En todo lo que parecía ser el cuerpo de una horripilante criatura sacada de una historia de horror, habían partes que no se pintaron de blanco, quedaron oscuras, como si fueran unas manchas. Pero no lo son.
Eso es una entrada al vacío existencial. Cualquier cosa que entre allí, dejará de ser parte de la realidad. Cualquier ser vivo que viera esos vacíos perdería la cordura y poco a poco su existencia sería triturada de forma horrible, empezando por su alma estando aun con vida.
Ese tipo de criatura se formó de la aparente bruma negra. Una criatura espantosa de color blanco con tentáculos que abraza su propio cuerpo, retorciéndose como gusanos, haciendo sonidos horrendes de carne y quien sabe que cosa.
Malditas muñecas— Dijo.
Gracias a tu masivo tamaño, su voz era tan grave que sacudía el mismo espacio-tiempo a una escala astronómica. Un sonido cien millones de veces más grave de lo que un humano podría percibir con sus oidos.
Tal atrocidad estaba moviéndose por el cosmos, destruyendo planetas, estrellas, sistemas solares, todo lo que estaba en su camino.
Y— en menos de lo que dura un parpadeo, esa criatura estaba cernida sobre un enorme planeta. Planeta en el cual habían rastros de una batalla atroz, una parte de la superficie del planata estaba hecho pedazos.
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