EL REENCUENTRO [TERMINADA]

CAPITULO 4

Karol

Estaba si se puede decir feliz, salí con lio y ana a comprar un helado de fresa. No me gusta la fresa, pero con estos antojos que tengo pues... como de todo.

   -Quiero más – dije feliz.

   - ¿Otro? Este es el quinto – dijo lio con los ojos como platos.

   - ¿Qué esperabas? Estoy embarazada – le dije – ahora quiero otro.

   -Está bien, voy por el – dijo ana y se fue para buscarme otro.

En este mes me hice muy amiga de lio, es un buen amigo y en cuanto le dije que estaba embarazada se puso feliz, desde entonces me cuida en todo momento. El sigue intentando que seamos más que amigos y yo ya he hablado con él, pero sigue insistiendo.

Dice que él quiere ser el padre mi hijo, pero yo siempre le decía que no, mi pequeño ya tiene un padre. Uno estúpido, pero lo tiene.

   -karol, sabes que te quiero y yo podría ser un buen padre para tu hijo solo si me dejas – dijo mientras me tomaba la mano.

   -lio, te he dicho que solo te veo como un amigo y nada más – suspire – además sigo enamorada de él.

   -Pero él no te quiere – dijo seco y mis lágrimas se escaparon de mis ojos – karol lo siento, no era mi intención decir eso.

   -No te preocupes, tienes razón – le dije limpiándome las lágrimas – es solo que estoy sensible por el embarazo, además...

No pude terminar de hablar porque el sonido de mi teléfono nos interrumpió. Era Carolina.

   - ¡Hola Carolina! – dije feliz, soy tan bipolar.

   -karol, tienes que regresar – me dijo entre sollozos – a pasado algo terrible.

   -¿Qué ha pasado? No me asustes – dije.

   -Es... es ruggero... Karol – dijo y escuche como lloraba.

   - ¿Qué le ha pasado a ruggero? ¡Carolina dímelo! – ahora yo también estaba llorando.

   -Lo ha atropellado un coche y está muy grave en el hospital – me comento con sollozos.

   - ¿Qué? – ya no pude hablar.

   -karol, sé que lo odias y que te hizo daño, pero el... - no deje que terminara.

   -Voy para New York ahora mismo ¿puedo quedarme en tu casa? – le pregunte.

   -Claro que si – me contesto.

Una vez en el avión, no deje de llorar, ana me acompaño y ella me estuvo consolando, diciéndome que todo estaría bien, yo no decía nada, solo lloraba y rezaba en mi cabeza que a ruggero no le pasara nada.

Llegamos súper cansadas, pero no me importo. Tome un taxi con ana y nos fuimos directo al Hospital. Entramos y pude ver a Carolina y a Agus que estaban allí. Carolina estaba de nueve meses ya, lo que significa que le faltaba poco para que su bebe naciera.

   - ¿Cómo está? – les pregunte aguantándome las lágrimas.

   -Estaba grave, pero está mejor – me dijo Agus.

   - ¿Que ha dicho el doctor? – pregunte.

   -karol... no creo que sea buena idea que lo sepas – me dijo Carolina.

   - ¡Dimelo! – le exigí.

   -karol, el doctor dijo que... - Agus se quedó callado y no me decía nada.

   -No te quedes callado ahora – le rogué.

   -karol, ruggero está en coma – dijo y bajo la cabeza – no se sabe cuándo despertara.

No pude contener más mis lágrimas, no puede ser que mi ruggero este en coma. Lloro como nunca he llorado en mi vida. Ana me abraza, pero eso no me sirve, yo quiero que sea ruggero quien me abrace y quiero que despierte y ver sus preciosos ojos que me enamoraron desde el primer momento.

   - ¿Puedo verlo? – pregunte.

   -Claro – Contesto Carolina.

En cuanto entre, sentí que todo mi mundo se derrumbaba por completo. Él estaba en esa cama, con varias cicatrices por su hermoso rostro. Se me partió el corazón verlo así. Me acerque lentamente, lo tome de la mano y le di un beso en la frente.

   -ruggero – dije entre sollozos – por favor, despierta – le bese la mano – no me dejes mi amor, te necesito, te necesitamos ruggero – le dije y con cuidado puse su mano en mí poco crecido vientre – nuestra pequeña te necesita, por favor ruggero despierta, te quiero conmigo. Te amo – le bese los labios – despierta mi amor, por favor prometo perdonarte, pero te lo suplico despierta.

No obtuve respuesta de él, pero sabía que me escuchaba. Estuve con él un buen rato, hablándole. Contándole todo lo de nuestra hija y lo que hecho.

Después de un rato me entro sueño y me acomode a un lado de ruggero, moví su brazo para que descansara en mi cintura y justamente su mano quedo en mi vientre. Recargue mi cabeza en su hombro con cuidado para no hacerle daño y me quede dormida en sus brazos de nuevo.