CAPITULO 12

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Ruggero

París, por fin llegue. Después de estar horas en ese avión junto a un niño molestándome todo el rato, por fin llegue. Lo primero que hice fue buscar un hotel y descansaría esta noche. Mañana a primera hora me iría a todas las universidades de esta ciudad a ver si tengo suerte.

Me duermo preguntándome como estarán mis dos chicos. Karol y Valentina. Mi hija. Se siente tan bien cuando pienso en eso. Tengo una hija y no sé cómo es, no sé si se parecerá a mi o a karol.

Espero que se parezca a karol seria la niña más hermosa del planeta.

Agradezco mil veces que Agus me digiera que había tenido una hermosa niña.

A la mañana siguiente solo me tome un café como desayuno y pregunte en la recepción por todas las universidades más cercanas al hotel. Que solo hay tres. Así que me encamine a la primera universidad. Con la esperanza de que esa sea la correcta.

Pues para mi mala suerte no es esa. Voy a la segunda y nada. A la tercera y tampoco está karol. Estuve todo el día buscando esas tres universidades donde karol no estaba. Me regrese al hotel y por Internet busque todas las universidades de París.

Cien malditas universidades había en París. Casi me da un infarto cuando lo vi. Pero eso no me detendría las tengo que encontrar cueste lo que cueste. Quiero recuperar a mi familia.

Karol

   -karol cariño ¿Por qué no salimos a pasear por el parque que está aquí cerca? – me pregunta lio – y nos llevamos a vale.

   -Claro, vamos – le contesto y me voy a la habitación de la pequeña ñ para cambiarla.

Una vez que cambio a la niña, los tres nos dirigimos al parque.

Pasamos parte de la tarde ahí. Gracias a dios hoy me tocaba descanso en el trabajo y podía estar con mi niña preciosa.

Íbamos caminando hacia los columpios para jugar con vale, quien estaba muy juguetona hoy desde hace horas.

Me siento en el columpio con ella, mientras lio va por unos helados, y nos columpiamos las dos.

Ella ríe y aplaude con sus manitas. Me encanta verla feliz y sonriendo.
De pronto veo a alguien que se me hace familiar. Me bajo del columpio, llevando conmigo a vale, camino un poco para verle el rostro a aquella persona.

Me acerco un poco más y veo que es ruggero. No puede ser... ¿Qué hace aquí? ¿Cómo nos ha encontrado? Dios se ve tan sexy. Casi no ha cambiado e incluso esta más guapo.

   -Aquí están los helados – dice lio llegando a mi lado.

   -Gracias ¿podemos irnos ya? – pregunte.

   - ¿Ya? ¿Por qué? – pregunto lio sin entender.

   -Solo vayámonos rápido, por favor – le suplico y sin decir más nos vamos de inmediato del parque y yo ruego porque ruggero no nos haya visto.

EL REENCUENTRO [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora