Capítulo 4: Destino

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Una fuerte tormenta se escuchaba afuera de la habitación, la diosa intuyo que tal vez el cielo se dio cuenta de su partida. Ella esperaba que no la encontraran, siendo una recién nacida no podría oponerse al castigo divino por desobedecer las órdenes de los cielos.

La habitación en la que se encontraba, era un sitio donde "los espiritistas" daban a luz a sus descendientes. Se encontraba en el centro de la ciudad, de esa manera se daba una bendición al nuevo retoño que próximamente se volvería un guardián. Es una costumbre antigua, que solo los mayores de edad debían estar presentes para conocer a su nuevo miembro.

La pequeña diosa vio como muchas personas que ella desconocía, entrar en la habitación y uno de ellos se quedó mudo. Era aquel que podía ver el futuro, sin embargo, el futuro de Yin se veía nublado. Hay dos razones para que eso ocurra: La primera es que morirá joven y la segunda que será una persona tan importante que el destino cambiara a su voluntad. El hombre decidió guardarse ese hecho para sí mismo en ese momento, pero lo consultaría con los líderes cuando saliera de la habitación.

A yin no le desagrado para nada ver a todas las personas, quienes parecían estar alegres de mirar a la pequeña. Trajeron regalos y le dieron buenos deseos. Normalmente los bebes recién nacidos se ponen a llorar, pero ver a la pequeña bebe alegre, hacía que todos las quisieran tener en sus brazos, para desgracia de ellos, la bebe estaba bien sujeta a los brazos de su madre.

Después de un rato de tener personas saliendo y entrando de la habitación, les dieron más privacidad a sus padres para que sigan junto a su hija, ellos aprovecharon para conversar de las cosas mundanas que vería su hija y sobre si ella se llevaría bien con su entorno.

-¿Crees que se lleve bien con su hermano?- Dijo la voz de la mujer.

-No te preocupes estoy seguro que se llevarán bien- Dijo la voz masculina.

Sin embargo, la pequeña bebe no estaba preocupada por ello, ella quería llevarse bien con su hermano, con sus padres, su familia, vivir en paz con la naturaleza y cumplir su objetivo principal, salvar a los humanos de la destrucción.

Yin estaba tan feliz de pensar en lo agradables que podían ser su nueva familia, que echo unas carcajadas. Sus padres al ver a su hija contenta se a alegraron aún más. A pesar de que ella aun no es capaz de moverse por sí sola, su destino se había puesto en marcha.

Los lideres

Aquel hombre que podía ver el futuro se acercó al consejo de los 5 líderes, unos ancianos respetados que tomaban las decisiones más complejas.

-Debemos esperar, antes de tomar una decisión acerca de la nueva hija de la casta Yan. Seria cruel decirle a su madre ahora mismo, que existe la posibilidad de que su pequeña hija muriera a tan temprana edad- Dijo Jie, una anciana que llego a su estatus por su fuerza e intelecto.

-Concuerdo con la venerable Jie, sin embargo, debemos considerar que podría ser la persona que estuvimos esperando durante muchos años- Dijo el anciano Shen. Un hombre que gano su estatus por sus sabias decisiones estratégicas de combates y fuerza.

Después de una breve practica se decidió que no se actuaría por el momento y esperarían para saber que le traería el destino a la pequeña.

Reencarnación de la diosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora