capitulo: 12

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Prov Rin

-No puedo creer que prefirieras a esos hombres y no a tu hija, te vas a quedar sola. Le dije y Salí detrás de Kagome y Sango, las tres caminamos al estacionamiento y nos encontramos con el escándalo del siglo, el Wolf y el Taisho mirándose con odio, Koga en el suelo molido a golpes, Sesshomaru agarraba a Inuyasha y Kohaku detenía al abuelo, Kagome se paró en medio de los dos

-Ya basta dejemos el show y comportemosno como adulto que somos, no sé si lograste tu cometido Koga. Le dijo está mirándolo-Pero lo lograste te dejo el camino libre, me voy junto al padre de mi hijo

-No Kagome. Dijo Kohaku-Que locura estas diciendo. Él se acercó a ella y pudimos ver sus lágrimas, su dolor expuesto

-Kohaku Midoriko la hecho de la hacienda, ella prefirió a estos. Dije mirando a Koga-Y no a Kagome que es su sangre. Una decepción grande recorre mi cuerpo, Kohaku abrazo a Kagome, el Wolf encarno una sonrisa y veo como toma a su hijo y se va

-No puedo creerlo. Dice Sango

-Yo no me quiero ir. Dijo Kagome-No deseo irme y mucho menos de esta manera de que el se sienta victorioso. Empezó a llorar de frustración, el abuelo la tomo de los hombros

-Mi niña vete junto a Inuyasha. Expreso el con frustración-Tu tienes un niño que el no tiene que verse envuelto en esta locura, no expongas a tu hijo. Ella se abalanzo a su pecho

-Ella lo prefirió a el, a el. Decía entre lagrimas, ella nos mira- ¿Ustedes?

-Estaremos bien. Dije, la tome de su mano-Vamos, quiero ver al niño. Las dos miramos a Sango

-Somos dos. Respondió ella-quiero un poco de alegría, las tres nos abrazamos

-¿ yo dónde voy? Pregunto Kohaku y Kagome lo abrazo

-Gracias por todo, eres el mejor hermano que yo pude a ver pedido. No podía creer que nuestra felicidad durara tan poco

-Ya dejemos de llorar, miren lo que tenemos aquí una gran familia y Kagome no se va al otro lado del mundo, se va para el rancho de al lado y yo no se ustedes pero yo no renunciare a mi puesto de tía consentidora. Todos sonreímos

-Rin tiene razón. Sonrió Kagome, nuestra familia cada vez crece más, ella se acercó a Inuyasha, los dos comenzaron a dirigirse a su auto

-Yo voy con ellos, ¿Sango? Le pregunte

-Yo ahora no puedo ir tan bien tengo una presentación, después llego pero ve con ella te necesita. Me dijo y vi al abuelo y el sonríe

-Con su permiso. Dije y me fui a mi auto, iba detrás de Inuyasha y en poco tiempo llegamos a su hacienda, ingresamos y en la sala vemos a la Sra Taisho con la abuela que esta cargaba al niño

-¿Qué sucedió? Pregunto esta asombrada-No hace mucho que se fueron. Menciono y Kagome se acercó a ella, la abrazo y comenzó a llorar, después de explicarle la situación a la Sra. Taisho Kagome ya estaba un poco mas calmada, los cinco estábamos sentados en la sala, yo sostenía al niño

-Dios solo te tuve un par de días y siento que me vas a hacer una enorme falta. Le decía al bebe

-Creo que es el quien va a llorarlas a ustedes. Dijo Kagome acurrucada en los brazos de Inuyasha

-Si verdad ya no tienes quien salga corriendo a besarte cuando llores. Dije entre risas

-Bueno le toca su tete. Dijo la señora Taisho entrando al lugar con el pequeño tetero del niño

-Se lo puedo dar. Pedí y me entrego la mamila, ella me ayudo a ubicarlo en mis brazos e ingrese el objeto en la pequeña boquita de Inu Maru, el hacia su trabajo

La Melodía del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora