Un mes había pasado desde el día que me propuso que me casara con Él, un mes más a su lado...
Aun recuerdo a la perfección el incómodo momento cuando se los dijimos a todos...
El fin de semana había llegado y tal como lo hablamos, invitamos a comer a los chicos, a los cuales se nos sumó Antonieta, Óscar y Pipino.
-Bienvenidos a todos, ¿Quiénes faltan que lleguen?-Les pregunto cuándo bajo del cuarto para recibirlos.
-Solamente Max y María, mamá-Responde Fer.
-Siempre se les hace tarde a esos niños-Comenta divertido Heriberto.
-Bueno, pasemos al jardín, mientras los esperamos-Todos se encaminan hacia afuera, pero yo me quedo en mi lugar al escuchar el timbre de la puerta. Habían llegado.
-Mamá, perdón por la demora-Dice María, entrando primero con el pequeño Juan Pablo y con su padre-Espero que no te moleste que haya venido mi padre.
-Claro que no, hija. ¿Cómo estás, Juan Pablo?-Le pregunto luego de saludarlo.
-Muy bien, Victoria. Gracias. ¿Tú cómo estás?
-Bien. ¿Y Max, hija?-Pregunto al no verlo con ellos.
-Se demoró un poco, pero ya está en camino.
-Bueno, pasen al jardín con el resto.
Y cuando estoy nuevamente encaminándome a reunir con mi familia, el timbre me vuelve a detener.
-Hola, madre-Me saluda Max entrando-Espero que no te moleste que haya traído a un invitado.
-¿A quién, Max?
-A mí, Victoria.
-Osvaldo, hola-Lo saludo incómoda-No, claro que no me molesta.
-Muchas gracias.
-Bueno, pasen al jardín con los demás. Yo iré a decir que coloquen dos platos más y sirvan el almuerzo.
Entro en la cocina para tratar de huir de esta situación. Sé que Heriberto vendrá a buscarme porque no le va a caer en gracia que este Osvaldo aquí, sé que lo sigue viendo como su rival de amores, sé que sigue sintiéndose inseguro.
-Victoria...-Me llama Heriberto entrando-¿Qué haces aquí?
-Esperándote, sabía que vendrías a buscarme, desde que vieras a Osvaldo. No sabía que iba a venir pero una vez aquí, ¿Qué podía hacer? ¿Echarlo?
-Mi amor, no pasa nada. Está todo perfecto. Vamos al patio con los demás, ¿Si?
-¿No estás molesto?
-¿Por qué debería estarlo, Victoria?-Me abraza-Tranquila, no te preocupes por nada.
-Te amo-Lo beso cortamente.
-Y yo a ti te amo-Me devuelve el beso antes de tomarme de la mano para salir de la casa.
Almorzamos todos juntos, hablando de temas triviales, cosas de los trabajos, el viaje que realizarían Max y María...
Cuando ya habíamos finalizado, tomo la mano de Heriberto y me acerco a su oído.
-Es el momento de decirlo.
-¿Estás segura?
-¿Por qué no estarlo?-Le pregunto con una sonrisa-Por favor, ¿Me escuchan un minuto?-Hago que todos queden en silencio-Hoy no solo los citamos para verlos y pasar un tiempo en familia, sino porque queremos decirles algo-Antonieta y Pipino me sonríen cómplices.
ESTÁS LEYENDO
Triunfo del amor
RomanceElla una persona frívola y calculadora, Él quien logró derretirla y conocer su verdadero ser. Victoria y Heriberto, ¿Podrá su amor perdurar en el tiempo? Siempre sentí que nos dieron muy poco de esta pareja, así que aquí les va mi historia. ¡Espero...