6

1.4K 78 6
                                    

Un mes había pasado desde el día que me propuso que me casara con Él, un mes más a su lado...


Aun recuerdo a la perfección el incómodo momento cuando se los dijimos a todos...

El fin de semana había llegado y tal como lo hablamos, invitamos a comer a los chicos, a los cuales se nos sumó Antonieta, Óscar y Pipino.

-Bienvenidos a todos, ¿Quiénes faltan que lleguen?-Les pregunto cuándo bajo del cuarto para recibirlos.

-Solamente Max y María, mamá-Responde Fer.

-Siempre se les hace tarde a esos niños-Comenta divertido Heriberto.

-Bueno, pasemos al jardín, mientras los esperamos-Todos se encaminan hacia afuera, pero yo me quedo en mi lugar al escuchar el timbre de la puerta. Habían llegado.

-Mamá, perdón por la demora-Dice María, entrando primero con el pequeño Juan Pablo y con su padre-Espero que no te moleste que haya venido mi padre.

-Claro que no, hija. ¿Cómo estás, Juan Pablo?-Le pregunto luego de saludarlo.

-Muy bien, Victoria. Gracias. ¿Tú cómo estás?

-Bien. ¿Y Max, hija?-Pregunto al no verlo con ellos.

-Se demoró un poco, pero ya está en camino.

-Bueno, pasen al jardín con el resto.

Y cuando estoy nuevamente encaminándome a reunir con mi familia, el timbre me vuelve a detener.

-Hola, madre-Me saluda Max entrando-Espero que no te moleste que haya traído a un invitado.

-¿A quién, Max?

-A mí, Victoria.

-Osvaldo, hola-Lo saludo incómoda-No, claro que no me molesta.

-Muchas gracias.

-Bueno, pasen al jardín con los demás. Yo iré a decir que coloquen dos platos más y sirvan el almuerzo.

Entro en la cocina para tratar de huir de esta situación. Sé que Heriberto vendrá a buscarme porque no le va a caer en gracia que este Osvaldo aquí, sé que lo sigue viendo como su rival de amores, sé que sigue sintiéndose inseguro.

-Victoria...-Me llama Heriberto entrando-¿Qué haces aquí?

-Esperándote, sabía que vendrías a buscarme, desde que vieras a Osvaldo. No sabía que iba a venir pero una vez aquí, ¿Qué podía hacer? ¿Echarlo?

-Mi amor, no pasa nada. Está todo perfecto. Vamos al patio con los demás, ¿Si?

-¿No estás molesto?

-¿Por qué debería estarlo, Victoria?-Me abraza-Tranquila, no te preocupes por nada.

-Te amo-Lo beso cortamente.

-Y yo a ti te amo-Me devuelve el beso antes de tomarme de la mano para salir de la casa.

Almorzamos todos juntos, hablando de temas triviales, cosas de los trabajos, el viaje que realizarían Max y María...

Cuando ya habíamos finalizado, tomo la mano de Heriberto y me acerco a su oído.

-Es el momento de decirlo.

-¿Estás segura?

-¿Por qué no estarlo?-Le pregunto con una sonrisa-Por favor, ¿Me escuchan un minuto?-Hago que todos queden en silencio-Hoy no solo los citamos para verlos y pasar un tiempo en familia, sino porque queremos decirles algo-Antonieta y Pipino me sonríen cómplices.

Triunfo del amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora