Años después

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-Vamos, Victoria. Un último esfuerzo-Me dice el doctor mientras respiro agitada.

-No puedo más-comento cansada.

-Vamos, mi amor, así conoceremos a nuestra pequeña-Heriberto me sostenía de su mano y besaba mi cabeza para darme fuerzas.

-No permitiré que me embaraces de nuevo. Te harás la vasectomía-Le digo antes de volver a pujar con todas las fuerzas que tenía en mi cuerpo para poder conocer a mi última hija.

Luego de unos minutos más, nace mi pequeña quien es llevada a que la revisen junto a su hermana que había nacido antes. Definitivamente las últimas. Nuestra familia ya estaba completa.
Teníamos a Mateo y Daniela, quienes ya tenían siete años, y el pequeño Dionisio de tres. Además de Max y María, junto a sus tres hijos: Juan Pablo, Osvaldo y Pilar; Fer y Cruz, quienes habían logrado luego de mucho esfuerzo tener hijos de forma natural. Así que tenía tres nietas más: Victoria, Estrella y María Fernanda. Además de Antonieta, Oscar, Pipino y Juan Pablo, quienes eran muy importantes para nosotros.
Todos juntos conformábamos una gran familia, nunca creí quedar embarazada de nuevo pero habían llegado estas dos princesas para completarla.

Cierro los ojos cansada pero con una enorme sonrisa en la cara.

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-Mi amor-Lo llamo en cuanto abro los ojos, ya ubicada en una habitación. Se acerca hacia mí sonriendo, ese simple gesto llena mi vida.

-¿Cómo te sientes, Victoria?-Me pregunta besando suavemente mi frente.

-Como si un camión me hubiera pasado por encima-Le contesto divertida-¿Cuánto dormí?

-Dos horas, mi vida.

-¿Qué?-Eso sí que había sido mucho.

-Es normal, Victoria, estabas demasiado cansada-Se levanta de la cama para acercarse a dos cunas, que recién me percato que se encontraban en la sala. Toma entre brazos a una de las niñas para acercarla a mí y entregármela a mis brazos, antes de ir por la otra.

-Son hermosas, mi amor-Le comento con la voz quebrada.

-Gracias por haberme regalado esta familia, Victoria-Unimos nuestras miradas, donde puedo ver la más pura felicidad reflejada.

Escuchamos murmullos cerca de la puerta, antes de ver como esta se abre, dejando entrar a Max, María, Antonieta y Pipino.

-Sin escándalo, por favor-Les advirtió Heriberto.

-Lo sentimos pero no aguantábamos más-Comenta María por todos. Yo les sonrío en respuesta.

-¿Y Fer?

-Se quedó junto a Cruz con todos los niños-Me rio sin poder evitarlo, de imaginarme al regresar a casa encontrar un caos.

-¿Cómo te sientes, Victoria?-Me pregunta Antonieta.

-Cansada pero feliz-Hago espacio dentro de la cama para que Heriberto pueda sentarse al lado mío para enseñarles a nuestras bebés-Miren, les queremos presentar a Isabella y a Julia Ríos Bernal.

-Mamá, son hermosas-Dice María acercándose para tomar a una entre sus brazos.

-Felicitaciones Victoria, y a usted también doctore-Dice Pipino cuando toma a la otra pequeña entre sus brazos para acercarse a donde estaba Antonieta.

-Bueno, pues ya nos las sacaron-Comento acomodándome en los brazos de Heriberto, quien me abraza.

-Te amo, Victoria.

Triunfo del amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora