Cap 31

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Estando en Berlín.
Sentí tenerlo todo,  como no tener nada.

Habían dos niñeras que se encargaban de los bebés cuando me agarraba las ganas de hacer otras cosas , lavaban sus trapos , sus mamaderas etc.

Les bañaban , y les hacían eructar.
Mi trabajo era darles de comer y hacerlos dormir, reír y jugar con Benjamin.

Benja , mi primogénito del corazón , decía al sostenerlo para que duerma.

Ese pequeño tenía casi 9 meses , la fase de bebés que me gustaba,  ya grandecitos y bien formados no como los enanos que pari.

Me gustaba salir a dar vueltas a la cuadra con él , y ver mi reflejo en la vidrieras. Después de todo no me iba mal tener un bebé en los brazos, 

Benja me hacía recordar demasiado a Solange que después de Eline claro , solange fue su otra madre. Y yo sé lo quité.

Mi suegra además de la sorpresa de tener 3 nietos cosa con la cuál quedo fascinada , Me era más tolerante con mi "inutilidad".
Soliamos Hablar, en las meriendas con otras amistades suyas de la misma burda platica " La guerra" se armaban tantas teorías estas señoras y creían ciegamente que aún tenía chances de ganar.

Una flama que crei extinta se encendió en esa ciudad.
Fue mi búsqueda de fingir el crear una familia , y el sentimiento de independencia y la madurez.

Nosotros ya nos conocíamos,  pero no tan a fondo.
Fue entonces cuando cerré la puerta presurosa.

Él Tenía puestos unos calzoncillo y una desgastada  musculosa , le dije que se sentará en la cama.

¿ Qué haces ? - pregunto mientras lo hizo.

Yo me senté en sus muslos y ambos nos miramos - ¿ Quieres volver  a hacerlo ? pero sin miedos , protegidos ( sonrio) , e intercambiando de la mejor manera nuestras energías- le propuse.

Sin palabras más,  nos Besamos.

Me sostuvo con sus manos sobre mi cintura  colocandose más al centro de la cama me sostenía ,  Me besaba el cuello mientras me desprendía los botones delanteros del  camisón de abuela que tenía puesto.

Entre susurros entrecortados le dije lo raro que se sentía estar arriba , se río acercándose más hacia mi mandando para arriba lo que sobraba del largo del vestido para bajar mis calzones.

- bueno  - dijo y prosiguió a que la unión se complete.

Sentí como ingresaba y me dolió el alma , el pobre me preguntaba si me gustaba y empecé a moverme como si estuviese haciendo el baile de la vientre.

- No te rías- le dije , mientras me movía y él me bajaba la parte superior de mi pijama.

- Son nuevas - insinuó  al respecto de mis senos , se aproximó a besarlas mientras me daba escalofríos.

Que Hijo de puta - susurre mientras le pasaba mis manos sobre sus cabellos rubios.

Me bajo de sus regazo y me puso de boca abajo
sabia lo que haría y sin saber me dije que no me gustaba eso.

- bienvenida a Alemania dijo en alemán y no era necesario saber tanto de alemán para no saber el significado de Wilkomen.

- Solté un quejido rarísimo,  y por más normal que fuese detestaba hacer ruidos mientras lo hacíamos.

Sus feroces Embestidas me obligaban a sujetarme  de la cabecera de muy vintage cama.

No me gusto le dije cuando acabo.
Me dolió dos años.

Y aunque manteníamos constantes relaciones como si fuésemos una joven pareja en su nuevo apartamento. ( Eramos una pareja joven de padres).

El sexo , era una distracción, un peligroso remedio que por unos instantes de gemir y tener algo dentro,  me hacía sentir que no importaba nada más.

Otras noches no hacía más que pensar en  hipótesis de como terminaría yo en todo esto

El hecho de que estábamos en una Atlantis , que se iba a hundir y eso me estresaba y llegué a la conclusión de que quería volver a Francia.

Cero dignidad.

Mi tiempo en parísDonde viven las historias. Descúbrelo ahora