seis

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 Cuando estuvimos tan hartas de ver tiendas y ya no podíamos mantenernos ni un solo minuto más en pie, Haruka y yo buscamos alguna cafetería donde tirarnos en un sillón y beber algo caliente. Tras caminar cinco minutos dimos con un sitio que tenía muy buena pinta, y que en vez de sillas normales tenía sofás y butacas enormes y muy cómodas. Nos miramos y, sin necesidad de decir nada, las dos entramos al local, con la suerte de encontrar un sitio vacío con dos asientos muy blanditos. Prácticamente nos hundimos en ellos, pero luego recordamos que teníamos que ir a pedir las bebidas.

-Mina-chan, ve tu por favor- me pidió mi amiga alargando las vocales y haciendo un puchero.

-Sí claro, porque tú lo digas- no me creía capaz de poder ponerme en pie-. ¿Lo echamos a suertes?¿Piedra, papel, tijera?

Ella asintió y empezamos a jugar. Desgraciadamente perdí yo, y Haruka no desaprovechó la oportunidad de reírse de mí.

-¡Quiero el batido de chocolate más grande que tengan!¡Y una galleta calentita también!

A regañadientes, me levanté del sillón y fui a ponerme a la cola para pedir. No había mucha gente, pero sí unas cuatro o cinco personas. Justo cuando iba a llegar a la fila, se me enganchó el pie en una baldosa suelta y tropecé hacia delante, provocando que me intentara estabilizar apoyándome en la última persona esperando para pedir. Era un chico alto con el pelo negro, que se giró hacia mí con expresión seria.

-¡Lo siento muchísimo!- me disculpé rápidamente- Yo... eh... me he tropezado y...

-No te preocupes- me respondió él, sin cambiar su expresión-. ¿Estás bien?

Asentí y él se giró hacia delante, con el semblante completamente inexpresivo, mientras yo bajaba la cabeza para ocultar mi rubor. "¡Qué vergüenza! Esto solo te pasa a ti , Mina", pensé. Realmente era torpe hasta decir basta. Miré a mi alrededor para comprobar que nadie me estaba mirando, y encontré a alguien observándome desde un sofá. Mi mirada se cruzó con la suya, que al parecer se estaba divirtiendo con lo que veía.

Kuroo mantuvo su vista fija en mí, con una leve sonrisa en su cara que no significaba nada más de que se estaba riendo de mi pequeño accidente. Yo miré al suelo rápidamente, haciendo como que no le había visto, pero era demasiado tarde, porque él ya estaba en camino hacia la fila.

Cuando llegó a mi lado no se dirigió a mí, sino al chico que tenía delante, haciendo que se girara hacia mi dirección.

-¿Conoces a esta chica, Akaashi?

El aludido miró a Kuroo, luego a mí por un instante y luego volvió a mirarle a él.

-No, solo se ha chocado conmigo.

-Ya veo -dijo el mayor, con expresión pensativa-, entonces te la presento. Akaashi, esta es Kaori Mina, va a mi instituto y es mi querida kouhai.

Alargó su brazo para ponérmelo sobre los hombros pero yo lo aparté, medio en serio medio en broma.

-Puedo presentarme sola, gracias. Encantada...

-Akaashi Keiji- se presentó el chico, serio como siempre-. Voy a la academia Fukurodani, segundo año.

Antes de que ninguno de nosotros pudiera decir nada más, llegó el turno de pedir de Akaashi, así que se adelantó, dejándome sola con Kuroo.

-Mira que hay cafeterías en el centro, y justo vamos a la misma- comentó él, con una sonrisa maliciosa-. Creo que es el destino, Mina-chan.

-Sí, sí, lo que tú digas- reí, y señalé a Akaashi con la cabeza-. ¿Es con él con quien habíais quedado Kozume-san y tú?

Él asintió y miró hacia la mesa de la que había venido, donde estaban sentados su amigo y otro chico al que yo no había visto en mi vida, que tenía un pelo muy raro, de punta y de color blanco y negro.

-Con él y con Bokuto, ese que está sentado con Kenma. Es un poco idiota, pero se le coge cariño- se giró hacia mí-. ¿Quieres conocerle?

Pestañeé varias veces, sorprendida por la sugerencia.

-Es un buen tipo, te caerá bien.

-Bueno, vale, pero espera a que pida, que no he esperado para nada.

Enseguida llegó mi turno, y me decidí por un chocolate caliente, aunque casi me olvido de lo que quería Haruka.

- Van a tardar un rato en hacer las bebidas, ven.

No me dejó tiempo para replicar porque me cogió del brazo y me llevó hacia la mesa donde estaban sentados sus amigos.

Toxic ||HaikyuuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora