Accidente

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Narra Ross:

Esto no podía estar pasando, tiene que ser una pesadilla, tengo que despertarme. Las lágrimas recorrían mis mejillas y mis hombros se agitaban por los sollozos. El amor de mi vida está en una camilla luchando por su vida y yo aquí en una solitaria sala de espera sin poder hacer nada. Todo me parecía tan ilógico, hace menos de unas horas estábamos juntos y a salvo, y de repente todo se desmorona. 

"Ha tenido un accidente"
"Su corazón se está parando"
"No sé si sobreviva"
"Te amo. Adiós, Ross"

Las voces de todas las personas se mezclan en mi cabeza, la del policía, el del médico o enfermera, y la de Laura, que cada vez se vuelve más débil, como si se alejara.

- ¡Ross, Ross!- Escucho que alguien me llama a los lejos, levanto la cabeza y veo a Rydel venir corriendo hacia mí, pero no me muevo del lugar donde estoy sentado. Siento mi cuerpo pesado y mi mente sigue siendo atormentada por las voces. Rydel llega junto a mí y me fijo que gruesas lágrimas salen de sus ojos, se sienta junto a mí, y me abraza- Tranquilo, se pondrá bien. Saldrá de esta...

Las palabras de consuelo de Rydel son como un bálsamo, que me calma, no consigue que el dolor se vaya pero sí que me tranquilice y que vuelva a tener esperanza en que todo se solucionará. Por eso fue a la única que llamé cuando me enteré del accidente. Ella siempre supo cómo ayudarme desde que era un niño. No sé cuánto tiempo ha pasado desde que  llevo esperando a que alguien salga a darme alguna noticia, pero me parece una eternidad hasta que veo aparecer a una mujer con bata blanca que sale del quirófano con expresión cansada.

- ¿Familiares de Laura Marano?- pregunta. Me levanto rápidamente y me acerco a ella.

- ¿Cómo está?- pregunto con voz temblorosa. El semblante de su cara no parece traer buenas noticias.

- ¿Y usted es?- pregunta vacilante.

- Ross Lynch, su prometido.- Responde Rydel en mi lugar, al ver como aprieto los puños y mi mirada se vuelve fulminante hacia la doctora, por no decirme el estado de Laura.

- Bien, Señor Lynch- dice mirando a Rydel y luego a mí- La señorita Marano, ahora mismo está estable. Ha sufrido un traumatismo en la cabeza que ha causado una hemorragia pero la hemos podido parar, además tiene el brazo roto y algunas costillas fracturadas.

- Eso quieres decir que se pondrá bien- dije con cierto tono esperanzador en mi voz.

- Verá, aunque la señorita Marano está estable, el golpe en la cabeza ha sido más fuerte de lo esperado y no sabemos cómo ha podido afectarle eso. 

- ¿Qué quiere decir?- le pregunté con miedo.

- Que puede que no despierte, las 24 horas siguientes son cruciales.- Respondió. Esas palabras hicieron que mi corazón se parara un segundo y volviera a latir muy rápido por el miedo.

- Pero hay posibilidades de que se despierte- Afirmó Rydel. La doctora asintió cerrando los ojos, pero con una expresión resignada.

- ¿Hay algo más, verdad?- Pregunté con voz temblorosa.

- Durante la intervención, nos llegó un informe de la Señorita Marano, que al parecer ella venía a recoger- Entonces entendí hacia donde se dirigía Laura antes de irse.- El contenido de ese informe nos ha retenido más tiempo en el quirófano y nos ha impedido administrarle ciertos medicamentos. Por eso, necesitábamos la autorización de algún familiar para que nos permita actuar.

- ¿Qué decía el informe?- Preguntó Rydel.

- La señorita Marano está embarazada de 8 semanas.

 - ¿Qué?- Dije sorprendido. Un torbellino de sentimientos se formó en mi interior al saberlo. Pero había dos sentimientos que eran los predominantes: Felicidad, al saber que iba a ser padre, y Terror, al saber que otra persona está en grave peligro.

- Imagino que usted es el padre- Yo simplemente hice un movimiento de cabeza para afirmar- Entonces cómo familiar directo, necesitamos su autorización para que nos permita administrarle algunos medicamentos a la paciente. Pero le aviso que dichos medicamentos podrían afectar al feto y causar un aborto inmediato. Así que usted decide.

- Antes de decidir, dígame cómo está el b-bebé- Pregunté sintiendo cierta emoción al decir la última palabra.

- El feto está bien, no corre ningún riesgo, al parecer la paciente intentó proteger su vientre en el choque y eso causó la fractura en el brazo y las costillas.- Respondió.

- No- Dije decidido.

- ¿Disculpe?- Dijo la doctora confundida.

- No le suministre nada a Laura.

- Pero, señor Lynch, los medicamentos podrían ayudar a la señorita Marano.

- ¿Me asegura que esos medicamentos harán que Laura se recupere completamente?

- Bueno, esto, no puedo a asegurárselo, pero hay una posibilidad.

- Entonces no.- Repetí, ante la cara de incredibilidad de la doctora- Si Laura intentó proteger al bebé, yo no voy a ser quién mate a nuestro hijo.

- Pues si esa es su decisión. Solo queda esperar- Dijo la doctora.

- ¿Cuándo podremos verla?- Preguntó Rydel junto a mí.

- En una hora la llevaremos a una habitación.

- Bien. Gracias por todo doctora- Dijo Rydel estrechando su mano.

- Gracias- Dije imitando a Rydel. 

- De nada. Ahora todo depende de la señorita Marano. Si me disculpan- Dijo para después volver a entrar al quirófano.

- Ross, tengo que llamar a Rattlif.- Me informó Rydel.

- Claro. Estarás preocupada por Emma. - Era la hija de Rydel y Rattlif, tenía 2 años. - Yo llamaré al resto y a los padres de Laura. Ahora vuelvo.- Dije yendo hacia la salida, necesitaba aire fresco, para poner mi mente en orden y calmarme. Ahora mismo, en lo único que estoy enfocado es estar al lado de Laura cuando despierte, porque tiene que despertar, estoy seguro de que despertará.

Hola, espero que os guste y comenteis. Pronto se sabrá quien de quién es el nombre de la tumba. Kisses

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