Capítulo 23

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Bienvenida A Casa

“Para cuando la razón entiende lo sucedido, las heridas en el corazón ya son demasiado profundas.”

Carlos Ruiz Zafón

Los celos de Juliana se hacían más intensos; no soportaba al nuevo profesor, y no soportaba como Valentina lo trataba. Juliana no se concentraba dando sus clases, la actitud de Valentina la estaba hartando.

Llegó la hora del almuerzo. Juliana fue al lugar de siempre, al que compartía con valentina. Pensó que no la encontraría ahí, pero si estaba y no precisamente sola. Estaba con él, Valentina se atrevió a almorzar con el nuevo profesor, en el lugar que Juliana bautizó para ellas dos.

Juliana iba a estallar del enojo; se sentó al lado del profesor, casi tirando su bandeja en la mesa. Valentina estaba frente a ellos.

–¿los acompaño?– preguntó Juls, mirando de mala manera a Valentina.

–si claro– le dijo Raimundo, muy amable. él aún no conocía a Juliana. Valentina seguía comiendo, y estaba un poco avergonzada.

–lindo lugar. ¿Qué piensas rai?– le dijo Juls al nuevo, poniéndole la mano en la espalda.

–sí, esta muy lindo. ¿Y  cómo te llamas? No anoté tu nombre– le dijo el chico muy amable.

–Juliana Valdés. Profesora de educación física– le dijo Juls, con una sonrisa hipócrita mientras miraba a Valentina.

–que bien, se nota que si haces mucho ejercicio– le dijo el chico, siempre amable. Ya Juliana estaba odiando eso.

El chico se puso de pies.

–voy a la cafetería. ¿Necesitan algo?– preguntó el chico, todo un caballero.

Que te quedes y no vuelvas
——la mente de Juls 😈

–no gracias rai– le dijo Juls, con su sonrisa hipócrita. Valentina sólo negó con la cabeza y el chico se retiró.

Juliana miró a Valentina fijamente, pero ella no la miraba.

–¿cómo te atreves?– preguntó Juliana, muy enojada.

–¿de qué hablas?– respondió Val, con otra pregunta, mirando por fin a Juliana.

–no te hagas, Valentina. ¿Cómo te atreves a traer a alguien aquí?... Este lugar lo hice para nosotras... esta bien si no quieres verme, si quieres estar lejos de mí. Con gusto te dejo quedarte aquí. Pero ¡sola! O con esmeralda, pero no con ese imbécil– Juliana le reclamaba y de muy mala manera.

–te dejo tu lugar, yo me voy– le dijo Valentina. Se iba a poner de pies, pero juliana la agarró por la muñeca.

–no, tu quedate con este lugar asi como te quedaste con mi corazón y toda mi vida– le decía Juls, agarrando fuerte su muñeca.

–me estas lastimando Juliana– le dijo Val. Juliana la miraba con rabia y los ojos aguados.


–te pasaste de la raya, Valentina– le dijo, soltándole la muñeca de mala manera, se puso de pies y se marchó.

Valentina acariciaba su muñeca, las lágrimas se le salieron, pero se las limpió rápidamente al ver que Raimundo volvía.

–¿y Juliana?– preguntó Raimundo.

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