Capítulo 30

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Por Amor A Ti

SIENA POV.

Tres de la mañana y no puedo concebir el sueño, mis párpados ni siquiera hacen el intento por cerrarse. Estoy desesperada no se que hacer, nunca pensé caer tan bajo, nunca pensé en maltratar o matar a una persona. ¿Cómo estará Valentina a estas horas? ¿La habrá matado Lucia?... No, por favor no, eso sería horrible.

Calmate Siena, tienes que tratar de dormir y relajar tu mente, se que harás lo correcto... Quiero hacer lo correcto, en verdad lo quiero hacer. Pero tampoco quiero salir perjudicada... ¿Y si le envió un anónimo?. No, Lucia se dará cuenta, necesito pensar en un plan rápido. Pero primero necesito saber si Carvajal esta viva. ¿Pero como saberlo? Lucia no quiere que me acerque a ese lugar.

Juliana mi amor, ahora si te voy a perder para siempre, perdón mi amor, perdón por hacerte tanto daño de verdad soy una tonta y una estúpida. Juliana es la persona mas linda y mejor ser humano que conozco, ella no se merece esto. Siempre ha sido muy linda conmigo, a pesar de mis groserías, mal humor y locura siempre estuvo conmigo, Apoyándome y aguantando mis llantos cuando algo malo me pasaba.

Aun recuerdo cuando la vi por primera vez, con su uniforme deportivo, toda sexy y chola a la vez, con ese abdomen sudoroso y brillante del sol, su piel bronceada y su rico trasero. Mojo solo de pensarlo, me podría masturbar ahora mismo pensando en esa pinche morena... Pero la angustia no me deja. Así que volveré a mis pensamientos de cuando conocí a mi sexy profesora de física.

Mis Pensamientos.

† †

Y ahí estaba yo, babeando mientras veía a la profesora de educación física hacer ejercicio. Nunca pensé que era gay... Bueno sí, me lo imaginé ya que lo jota se le salía por los poros.

Ella me vio y me sonrió, casi me desmayo, pero disimulé. Luego dejó de hacer ejercicio y camino hacia mí, muy malditamente sexy.

-Hola. ¿Tú eres la nueva verdad?- me dijo, con su sexy voz.

-sí, soy Siena. Y aveces vengo a disfrutar de tus ejercicio, a ver si me animo- le dije sonriendo, ella sonrió y casi muero al ver esa hermosa dentadura. Me tenía nerviosa la muy pendeja, ¡A mí!... Una mujer tan suelta como yo. Me intimidó la cabrona.

-cuando quieras te puedo dar clases... Por cierto. Soy Juliana, profesora de educación física, como ves- me dijo, dándome su suave y delicada mano para que yo la salude y rápidamente lo hice.

-un placer Juliana. Y sí, me gustaría que me dieras algunas clasesitas- le dije soltandome un poco más. Ella me miraba tan sensual, que hasta pensé que me coqueteaba... Y lo logró, logró mojar mis calzones que desde ese momento se hizo dueña de ellos.

-¿clases privadas o aquí en el colegio?- me preguntó muy suavemente, enserio creo que su intención era esa; mojar mis calzones, hacer cruzar mis piernas y endurecer mi estúpido clítoris.

-como se pueda, por mi no hay problemas- le dije toda decente y sin hacer notar mi deseo por llevarla al tocador y coger como dos perras hambrientas.

-yo creo que privado es mejor. Estamos en el trabajo y es un poco complicado ya sabes- sí, la muy maldita se dio cuenta que babeaba por ella, que mi tanga quería salir corriendo de allí, porque la pobre se estaba ahogando.

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